El ministro de Transporte advierte de que otros proyectos prioritarios para la Alcaldía “se van a tener que parar” si no se realizan las modificaciones que solicita el presidente.

La tensión entre el Gobierno nacional y la Alcaldía de Bogotá por el metro capitalino ha vuelto a escalar. El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, ha advertido este jueves de que otros proyectos en Bogotá “se van a tener que parar” si no se aprueban las modificaciones de soterramiento de la primera línea solicitadas por el presidente de la República, Gustavo Petro. “[El Gobierno] financia el 70% de los otros proyectos”, ha recordado el ministro ante periodistas en Casa de Nariño. El mensaje a la alcaldesa, Claudia López, ha sido claro. La mandataria no se ha cansado de repetir que la prioridad para ella es asegurar el financiamiento para el Regiotram del norte y tres nuevos cables teleféricos.

Tanto el presidente como la alcaldesa coinciden en que el plan actual para la primera línea del metro no es el mejor. Ambos querían una línea subterránea, en vez del metro elevado que licitó la administración de Enrique Peñalosa a finales de 2019. Hay preocupación por el daño urbanístico que puede generar en zonas de alta densidad demográfica y en avenidas no tan amplias, como la Caracas. El desacuerdo entre ambos radica en sus niveles de determinación para lograr el soterramiento. Difieren en sus visiones respecto a qué tan fácil y viable es modificar el contrato actual.

Petro quiere agregar un tramo subterráneo a los planes, que ya se ejecutan al 18%, mientras que López prefiere avanzar lo más rápido posible con las obras en curso y evitar complicaciones legales y sobrecostos. “El metro va y va ya”, aseguró la alcaldesa hace unos meses.

López mostró voluntad de contemplar opciones para hacer realidad el deseo presidencial. A finales de enero, se reunió con Petro en la Casa de Nariño para analizar cinco propuestas que propuso el concesionario chino APCA Transmimetro a solicitud del Estado. La opción más viable, según APCA, es una extensión bajo tierra entre la calle 72 y la 100: tiene sobrecostos menores al 50% que establece la ley como límite y la alcaldesa asegura que no modifica el objeto del contrato. El problema para López es que el presidente no quiere esa opción y que la Nación aporta el 70% del financiamiento del contrato ya firmado. La conclusión de la reunión fue que se mantendrán dos mesas de trabajo para revisar de nuevo las propuestas.

La alcaldesa aceptó el pedido del presidente de volver a evaluar los aspectos jurídicos y financieros. Pero fue clara en su mayor prioridad no es el soterramiento de la primera línea del metro: “He reiterado que Bogotá no tiene cómo poner la plata adicional para este proyecto porque la plata que tiene contemplada es para el Regiotram del norte y los nuevos cables [teleféricos]”. López reconoce que el Ejecutivo nacional se ha comprometido a poner la totalidad del dinero adicional para modificar la primera línea, pero está preocupada de que esto pueda cortar el financiamiento de las otras obras. No hay dinero para todo.

El Gobierno nacional ha aprovechado el interés de López por el Regiotram y los cables para incrementar la presión. Las declaraciones de Reyes ya se ha interpretado como una amenaza. Alfredo Bateman, secretario de Desarrollo Económico de Bogotá, respondió en su cuenta de Twitter: “De verdad espero que los mensajes del Gobierno Nacional con relación a la co-financiación de obras en la ciudad de Bogotá sea una mala interpretación o problema de comunicación. Esa extorsión sería inaceptable en cualquier democracia y más en el marco de la descentralización”.

Lo que el funcionario distrital pone como un condicional, otros ven como un hecho. La representante Catherine Juvinao, cercana a López, ha cuestionado tanto al ministro como al presidente: “¿Cómo es posible que el ministro Reyes amenace a Bogotá en una lógica extorsiva, presidente Petro? ¿Este chantaje está autorizado por usted?”. Algo similar ha opinado el congresista uribista Andrés Forero, fuerte crítico de López y de Petro, que acusó al Ejecutivo de chantajear alcaldes “si no se someten a los caprichos presidenciales”. “Bogotá le dio el triunfo a Petro en la segunda vuelta y a cambio de eso la dejará sin metro”, ha comentado en referencia a las demoras que pueden producirse con los nuevos planes.

El presidente todavía no se ha pronunciado respecto a la advertencia de su ministro. No obstante, ya por la mañana había recordado en redes sociales que el Gobierno nacional es el que pone la mayor parte de los recursos: “Es el dinero de toda la nación el que se invertirá mayoritariamente en el metro de Bogotá y demandamos su mejor calidad en favor de los y las usuarias”.