Los medios de comunicación al servicio del establecimiento están siendo los mayores protagonistas del golpe de Estado blando que se está fraguando.

Por: Jonathan David Tangarife Quintero.

Desde los primeros meses del gobierno de Gustavo Petro se viene percibiendo el ambiente propicio para un golpe de Estado generado por los ultraderechistas del país, como Maria Fernanda Cabal, Miguel Polo Polo y Ernesto Macías. En esta columna le explicaré en qué consiste un golpe de Estado blando y cómo la derecha nacional y los medios de comunicación a su servicio lo están cocinando.

El concepto de golpe de Estado blando o golpe suave se le atribuye al politólogo estadounidense, Gene Sharp. Este hace referencia al empleo de un conjunto de técnicas no frontales y, por lo general, no violentas, con el objetivo de desestabilizar un gobierno y tumbarlo sin que la sociedad, en su mayoría, sea capaz de percibir que esa caída fue generada a propósito por otro poder. Este tipo de golpe de Estado suele ejecutarse como alternativa al golpe de Estado militar, cuando este no se considera viable por diferentes circunstancias; como en el caso de Colombia, al menos por ahora.

Este tipo de golpe suele llevarse a cabo por medio de cinco etapas: en la primera, es donde empiezan a tener protagonismo los medios de comunicación, ya que esta consiste en la promoción del descontento en la sociedad, a través de denuncias de corrupción y promoción de las mismas sin sustentos reales (¿Caso Nicolás Petro como ejemplo?). La segunda consta de acusar de “totalitario” al gobierno que se pretende tumbar, escudándose en la defensa de los Derechos Humanos y la libertad de prensa, por ejemplo (¿Será esta la razón de la desinformación constante y malintencionada de medios como La Silla Vacía y El Colombiano y la complicidad de la FLIP?). En la tercera la oposición incita a la población para que salgan a protestar, incluso sin razón aparente (para esto ni siquiera hace falta citar ejemplos, porque podría extenderme hasta mañana). En la cuarta se busca crear un ambiente de ingobernabilidad (¿Será un ejemplo el tratamiento mediático que se le dio a la dizque “crisis ministerial” hace unas semanas?). La quinta y última pretende obtener la renuncia del presidente de turno mediante protestas en las calles, dejar el terreno listo para un golpe de Estado militar (en caso de ser necesario) y lograr la ceguera internacional.

Actualmente, con base en los ejemplos nacionales citados, podríamos afirmar que la “oposición inteligente” se encuentra aún en la cuarta etapa, y lo que los está deteniendo es que la mayoría de la población no les está “comiendo cuento”, como se dice popularmente. Por esta razón, los ataques mediáticos son cada vez más constantes y duros. Si no fuese así, ¿por qué creen que se le ha dado más relevancia al “de malas” totalmente justificado por parte de Francia Márquez, que a la portada incendiaria de la Revista Semana sobre los primeros meses de gobierno de Gustavo Petro?

Como mencioné al inicio de esta columna, desde el 7 de agosto del 2022, el objetivo principal de la ultraderecha colombiana ha sido tumbar el actual Gobierno Nacional. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en el claro llamado a un golpe de Estado militar de Ernesto Macías en septiembre del año pasado:

Medios de comunicación como RCN, Caracol, Revista Semana, La Silla Vacía y El Colombiano están colocando todo su empeño en contribuir con sus toneladas de arena, o más bien, de mentiras, amarillismo y verdades a medias, al cumplimiento de las etapas requeridas para que se acabe consolidando un golpe de Estado blando y, posteriormente, quizás uno de carácter militar también.

Por otro lado, luego de que el Clan de Golfo les disparara a los miembros de la Policía Nacional presentes en el Bajo Cauca para controlar la situación relacionada con el paro minero, el pasado 19 de marzo, el presidente Petro anunció que, debido a esto, el acuerdo para el cese al fuego con esta organización criminal queda oficialmente roto y le ordenó a la Fuerza Pública arremeter fuertemente contra ellos. Bajo esta situación, la respuesta de gobernadores (principalmente de oposición) y demás actores de la misma línea política respondieron sistemáticamente con el mensaje “Libertad y orden”, pero, oh sorpresa, una de las personas que también lo hizo fue la “periodista” Vicky Dávila, y todo esto justo después del anuncio del Presidente de la República. ¿Será que no les gustó que ahora sí se vaya a arremeter con todas las de la ley contra el Clan del Golfo?

Imagen extraída del Twitter de @JotaPeHernandez.

Resta decir que el gobierno del cambio no está solo, somos millones de personas las que estamos dispuestas a salir a defender lo que ganamos en las urnas. Ayudemos a tumbar todas las mentiras, falacias y calumnias que escupen los medios al servicio de los mismos de siempre. La derecha gobernó durante más de tres décadas y lo único que hicieron fue enriquecerse ilegalmente y someter a la pobreza y miseria a la mayoría de la población, ¡dejen a Colombia en paz!