Después de tres años consecutivos de La Niña, el IDEAM informó que el fenómeno de El Niño probablemente iniciará hacia finales de junio y se irá consolidando a final de este 2023. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, advirtió que el problema de desabastecimiento hídrico en el país se notará más cuando inicie El Niño.

Ghisliane Echeverry Prieto, directora del IDEAM, informó que existe una probabilidad por encima del 70 % de que inicie el fenómeno del Niño a finales de junio y que se vaya estableciendo hacia final de este año.

Hace unas semanas, el IDEAM ya había indicado que el fenómeno de La Niña terminaría durante el primer semestre de 2023, después de su tercer año consecutivo. “La evolución de La Niña, en las variables oceánicas, muestran una tendencia marcada a la disipación, la cual ya se ha dado en el centro y oriente de la cuenca Pacífica tropical”, señaló a inicios de marzo la entidad.

“La gran mayoría de los modelos predicen que las anomalías de la temperatura superficial del mar (ATSM) permanecerán dentro de los límites de neutralidad hasta junio del 2023. El pronóstico ENOS, basado en un modelo objetivo, pronostica altas probabilidades de condiciones cálidas en el periodo julio-septiembre de 2023″, agregó.

El fenómeno de El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.

Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. Por eso, se ha asociado con sequías y aumentos de temperatura. Por ejemplo, según se detalló en este artículo, el fenómeno de El Niño en Colombia traería una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que incluso se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción.

En la Amazonia traería sequías, algo que alerta a los científicos, pues se ralentizaría el crecimiento de la vegetación, por lo que se absorbería menos CO₂ de la atmósfera.

Uno de los llamados que hizo la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, durante su intervención en la presentación del Estudio Nacional del Agua es que se deben concentrar esfuerzos en combatir el desabastecimiento hídrico. En lugares como el área hidrográfica del Magdalena-Cauca, donde se produce el 80% del Producto Interno Bruto colombiano y donde se encuentra el 74% de la población, se registra la menor oferta hídrica.

Asegurar esta oferta, dijo Muhamad, es una gran deuda que tiene el país y que será más notoria ahora que se avecina el fenómeno de El Niño en el segundo semestre del 2023. La buena noticia, insistió, es que Colombia tendría cómo adaptarse. El Estudio Nacional del Agua evidenció que el país tiene potencial de abastecimiento con las aguas subterráneas. “En la mayoría de municipios donde afecta mucho la sequía, hay agua subterránea. Pero llevamos décadas sin estudiarla. Hoy solo conocemos el 15 %, cuando esta tiene siete veces más potencial de disponibilidad hídrica que el agua superficial”, señaló la ministra. Saber más sobre estos sistemas, que no tienen problemas de contaminación ni de evaporación, es clave en un escenario de cambio climático.