Salve una vida, sea valiente
Hay algo sumamente importante en la vida que todos deberíamos manejar para ser útiles en caso de una emergencia y no convertirnos en el tonto personaje de las películas de catástrofes que esta con su grupo de amigos y una vez, empieza el drama muere huyendo. Se trata de los primeros auxilios, un asunto de vital importancia:
- Lo primero que debemos hacer es analizar el entorno. Entender cuál ha sido el problema de la emergencia: un accidente de tránsito, un tiroteo, o en el peor de los casos, un tsunami o un terremoto. Después de entender que no se trata de ninguna escena de película, debemos observar a la persona que queremos ayudar y determinar qué tan grave está.
- Luego, nos amarramos los pantalones y de ser hombres, le metemos huevos al asunto; acercándonos y valorando su estado de conciencia. Determinamos si está “alerta” (es decir, despierto), “verbal” (o sea que puede hablar de las escenas de Juego de Tronos, o simplemente responder al llamado coherentemente), “dolor” (si lo pellizcamos reacciona), y por último, si está “inconsciente” y no responde al llamado.
- Así entonces, después de valorar la consciencia, entramos a lo físico. Tenemos que ser inteligentes y astutos para valorar su estado neurológico.
¿Cómo se hace?
Asignamos puntos de valoración donde 1 es un estado crítico, y 5 un estado mucho más estable. Debemos observar los ojos del afectado, sin detenernos a admirar el azul de su iris si se trata de una hermosa rubia, sino enfocarnos en que los tenga abiertos, o si responden a algún tipo de estímulo. Luego medimos la respuesta de su estado verbal, donde la inconciencia es valoración 1 y la incoherencia, que puede ser grave, no lo será tanto como una ausencia de respuesta. Si por ejemplo, la chica anterior que está a punto de morir, nos responde la pregunta de que si tiene novio coherentemente (mandándonos a la chingada) le damos la valoración de 5. Ahora bien, debemos hacer lo mismo con su respuesta motora e identificar los puntos de dolor si llegase a responder a los movimientos de su cuerpo.
- En el cuarto punto, y muy importante, debemos valorar la respiración. Como en guardianes de la bahía, lo que debemos hacer es acercar la mejilla a la boca del afectado y escuchar el sonido de la respiración, observar si el tórax responde a los movimientos respiratorios y buscar el pulso. No vayan a intentar dar respiración boca a boca si la chica rubia está respirando normalmente. Sólo en caso de ausencia de la misma, debemos intentar hacer reanimaciones cardiacas por medio del intercambio de oxígeno por la boca, o haciendo presiones rítmicas y fuertes sobre el pecho del afectado sin estrujarle los pechos si es tetona.
- La medición del pulso es fundamental en los primeros auxilios. Y no, el suyo debe estar a raya y respirar profundamente si tiene miedo y está ansioso. Puesto que su estabilidad representa una respuesta oportuna entre la vida y la muerte. Es recomendable siempre, medir el pulso central que se encuentra normalmente a los costados de la manzana de Adán con los dedos índice y corazón, puesto que si lo hacemos con el dedo pulgar podríamos sentir nuestro propio pulso.
- Después de tener clara la situación busquemos ayuda lo más pronto posible. Llamemos a la línea de emergencia y expliquemos todo con la mayor claridad y calma posible, así no habrá información errada y el auxilio llegará más rápido.
Escrito por Sebastián París @Lenfert