La Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer a petición de la Organización Mundial de la Salud, realizó estudios sobre el uso del glifosato en Estados Unidos, Canadá y Suecia desde 2001. Luego de años de investigación, los estudios se publicaron en marzo de 2015 para analizar el efecto en la salud humana por el uso de glifosato. Este compuesto químico, usado en la agroindustria en grandes cantidades, fue detectado en los alimentos, el agua, el aire y hasta en la leche materna de mujeres que fueron expuestas al contacto con él, encontrando drásticos daños genéticos en el ADN y cromosomas de las células humanas de estas personas.
Fueron muchas las afirmaciones que se dieron, unas con toda la razón a favor de este informe y otras de magnitud empresarial en contra, eso sí manipuladas por el poder de quienes no les interesa financieramente dejar de recibir ingresos. Esas voces que se pronuncian en contra de este estudio son las mismas que hacen lobby en los parlamentos de muchos países de América Latina, con el poder de una industria comercial de mucho éxito como lo es Monsanto, la cual está valorada en más de US$15.000 millones y que obtiene el mayor porcentaje de sus ventas en los herbicidas basados en glifosato.
Canadá, España, Alemania, Suecia, Rusia, México, Holanda, Francia y Suiza fueron los primeros países en prohibir el uso del glifosato, además de exigir trazabilidad en los alimentos que ingresan para ser consumidos en sus territorios. La instrucción es sencilla: los alimentos que tengan rastros de este u otros químicos no pueden ingresar a sus países. Estados Unidos exige que los alimentos que estén expuestos a este químico lleven una etiqueta que los diferencie, mientras que en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, hay un crecimiento de agricultores y trabajadores expuestos a agro tóxicos que están denunciando los efectos negativos en la salud provocados por el uso de este químico y reclamando su prohibición.
Mientras tanto en Colombia el debate se sale de lo científico y es hasta cómico escuchar el pronunciamiento sobre este tema en personas del alto gobierno y autoridades a quienes parece que la clase de química no les gustó mucho o fueron ayudados por el profesor de turno a pasar de agache, eso sí, ayudados por los medios de comunicación nacional quienes lo más seguro por cualquier ayudita monetaria o un favorcito se prestan para publicar estas opiniones.
Ya lo dice un conocido refrán “eres lo que comes”. Son muchos los productos que en la actualidad podemos encontrar que están libres del uso de agroquímicos; la oferta y demanda de estos productos sigue en crecimiento mundial y local. Ya es usual encontrar en diferentes secciones de los supermercados los “orgánicos” que son productos de nuestra naturaleza libres de químicos.
Colombia puede convertirse en líder mundial en la producción de orgánicos, siendo el potencial infinito por nuestra riqueza en suelos y biodiversidad, pero este potencial se ve drásticamente afectado por el uso de químicos como el glifosato que en la actualidad es usado de manera masiva en diferentes zonas del país.
Escrito por Jose Manuel Díaz Hoyos