La Fundación She Is seleccionó a 35 niñas de todas las regiones del país para participar en un programa de inmersión que las llevará al Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston. Desde Colombia Visible hablamos con cinco de ellas sobre sus proyectos y expectativas. Jairem es la primera.

Nació en Uribia, La Guajira, la capital indígena de Colombia, cosa que recuerda con ahínco y orgullo durante la conversación con Colombia Visible. De ahí su marcado acento. Dice que no esconde, ni a su tierra o su cultura, así le pagaran ‘toda la plata del mundo’.

Fue allí, sentada descalza sobre la arena, viendo el amanecer con su más grande compañera y confidente, su mamá, que, hace años, Jairem comenzó a interesarse por la Ciencia. 

Esa infinita curiosidad, tan característica en los niños y tan rara en los adultos, fue la que, en últimas, la llevó a ser elegida para ser parte del programa ‘Ella es astronauta’, que la Fundación She Is lanzó en 2021 y que está repitiendo este año a raíz de la positiva experiencia. 

A grandes rasgos, She Is se dedica a empoderar mujeres y niñas para que reconozcan sus derechos y rompan con estigmas y categorizaciones limitantes. Así, entre otras cosas, formó una alianza con la NASA gracias a la que, este año, llevará a 35 niñas, entre los nueve y los 15 años, de 21 departamentos, a los Estados Unidos para visitar las instalaciones del Centro Espacial Johnson en Houston, Texas

Jairem cuenta que, desde e momento en el que en su comunidad se enteraron de que había sido seleccionada para el programa, varias niñas le han dicho que quieren ser como ella, que quieren que les ayude con los trabajos del colegio, con las tareas, le preguntan que cuando va a realizar un encuentro para contar su experiencia. 

“Eso me motiva bastante, porque poquito a poquito estoy ayudando a cambiar la realidad de ellas. Muchas quieren estudiar, pero no pueden, pues les toca cuidar hermanitos o hacer el aseo en la casa y no van al colegio. Pero ahora me dicen que sí van a hacerlo, que quieren ponerse ‘las pilas’, ser unas ‘echadas pa’lante’, ir a la universidad, ser una doctora, y eso es un sentimiento muy bonito que se tiene cuando me dicen ‘yo quiero ser como tú, Jairem’”. 

Además, y como requerimiento en el marco del proyecto de She Is, Jairem está diseñando un proyecto en el que debe resolver una problemática de su comunidad a través de las materias Steam: ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (por sus siglas en inglés). 

Para eso, ella escogió el tema de la contaminación y el exceso de plástico. Así, tiene pensado trabajar junto a niños y niñas de jardines infantiles de su comunidad para crear, rellenando botellas de plástico con envolturas de paquetes, bolsas y otros residuos, un parque y un mural “donde ellos puedan plasmar qué quieren hacer en el futuro”. 

Pero el liderazgo no es algo en lo que Jairem se esté estrenando ahora que va a ser astronauta por una semana. 

Ya desde antes estaba involucrada en proyectos comunitarios con enfoque de género. Específicamente, participaba del proyecto ‘Valientes’, liderado por Profamilia y auspiciado por la Embajada de Canadá, que trabaja en temas de derechos sexuales y reproductivos, y la prevención del embarazo adolescente. 

“Esa es una problemática que se ve bastante en mi comunidad y en Colombia en general. Es muy grave, porque las niñas que quedan embarazadas tienen que tomar un rol que ellas todavía no deben tomar. Son niñas que a pesar de ser madres, son niñas todavía. También se ven afectadas físicamente, porque nuestro cuerpo está muy joven para dar a luz. Por eso, intentamos enfrentarlo”, cuenta Jairem. 

Los temas de género son otro de sus grandes intereses, cosa que le atribuye, en gran parte, al linaje wayúu que lleva en sus venas y al que se refiere como “un gran privilegio”. 

Algo que le gusta en particular, cuenta, es que dentro de la cultura wayúu, las mujeres son quienes ocupan los puestos de mando y liderazgo. “Las mujeres somos la autoridad, nacemos con ese don”.

Eso le ha servido para confirmar que el discurso que secundariza a las mujeres y las tilda de incapaces no es más que una ‘perezosa mentira’. En ese sentido, dice que es de vital importancia concientizar a las personas, sobre todo a aquellas en el centro del país, de que las mujeres pueden estar donde quieran estar, «no solo en la casa».