Reeves está confirmado para protagonizar Devil in the White City de la mano de los productores ejecutivos Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese

Es una reunión de gigantes. Keanu Reeves protagonizará la serie Devil in the White City, producida por Leonardo DiCaprio y el gran Martin Scorsese. 

Adaptada del libro de no ficción de Erik Larson evil El diablo de la ciudad blanca, publicado en España por la editorial Ariel, la serie de Hulu girará en torno a la Exposición Universal de Chicago de 1893. Según The Hollywood ReporterReeves interpretará a Daniel Burnham, el arquitecto que diseñó la feria y que estuvo involucrado en la planificación de la ciudad de Chicago, Manila y Washington D.C. El libro también explora cómo la vida de Burnham se cruza con el asesino en serie H. H. Holmes, que supuestamente atraía a sus víctimas a la “Casa del Asesinato” durante la feria de Chicago. Al fin y al cabo, a la gente le gustan dos cosas: la arquitectura y el asesinato.

Se espera que la serie de ocho episodios se estrene en 2024, pero la espera merecerá más que la pena. La producción de El diablo de la ciudad blanca ha estado en el limbo durante más de una década, desde que DiCaprio comprara los derechos del libro en 2010. Scorsese tenía previsto dirigir una película con su estrella de El lobo de Wall Street como protagonista, pero nunca llegó a materializarse. Desde entonces, la propiedad ha cambiado de manos. Scorsese y DiCaprio siguen participando, solo como productores ejecutivos, mientras que Todd Field, director de Tár, se encargará de la dirección (nos queda soñar que DiCaprio y Reeves aparezcan juntos en pantalla).

Al parecer,  Keanu Reeves ha estado en negociaciones para protagonizar la película desde enero y, francamente, es un gran alivio que así sea. El actor ya ha participado en algunas series de televisión, pero no en algo tan grande como esto, y será emocionante ver lo que el eterno favorito aporta a esta obra de época, quizás menos Mucho ruido y pocas nueces y más el Drácula de Bram Stoker” Suponemos que algo melancólico como Constantine, pero sin los demonios.