
Todo y nada.
Por: Mar Márquez
Ella era agresiva, ella era fuego, ella era ajena, ella habitaba con frenesí el sol, se incineraba en sus pensamientos, ella era ajena a este mundo.
Se fundía con las estrellas, se estrellaba con sus puntas; ella era vida, ella era tantas cosas, que no era nada.
Se convirtió en el deseo perdido de muchos, una mancha borrosa que nos iba a sacar de nuestra aversión de la vida, porque nos iba a enseñar a vivir realmente.
Att: La muerte.
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