Es probable que los hombres al leer o escuchar la frase “LAS CALEÑAS SON COMO LAS FLORES”, piensen en belleza, delicadeza y colores, sin embargo las mujeres no pensamos sólo en eso. Pensamos en el golpe que puede estar detrás, en las tumbas de mujeres y niñas asesinadas o arrinconadas hacia el suicidio, dónde reposan los ramos tardíos.

Por: Wendy Calvo

Este año, El País publicó a través de Elpais.com, un artículo dónde menciona que “115 asesinatos de mujeres en Santiago de Cali por razones de género en los últimos siete años, revelan que en los casos de violencia intrafamiliar el silencio también mata”, y nada mejor que unas bellas flores para pedir perdón y no ser denunciado.  

Desafortunadamente Cali es una de las ciudades más violentas con las mujeres en Colombia, porqué? Porque las caleñas no somosos como las flores, somos bellas y fuertes como la maleza. Pero en la cultura machista en la que hemos sido educados, la independencia es sinónimo de rebeldía, y en la medida en que nosotras aprendemos a poner límites, los hombres más nos cuestionan y nos agreden, …cada vez más fuerte, cada vez más muerte… La necesidad machista de tener control de nuestras acciones y pensamientos, de nuestras decisiones Y DE NUESTROS CUERPOS, sigue atormentando con su violencia a tantas caleñas existiendo como un secreto a voces, mientras que la sociedad se escandaliza por las “vándalas que intervinieron un mural como voz de auxilio” y que fueron silenciadas con la cordialidad de la diplomacia. 

Pero al final, las voces feministas siempre terminan siendo silenciadas. Las muejres sufrimos diferentes tipos de violencia a diario, pero lo que a la caleñidad le diolió, fue que se intervinirera un espacio que pudo abrirse a las artistas caleñas y que finalmente, se otorgó a un hombre el permiso para su uso, permiso con el que muchas de nuestras artistas seguramente habrían creado una obra magistral en denuncia a la violencia de género. Un gran debate se formó en torno a la premisa “las vándalas dañaron la obra”, pero el debate que esperábamos todas las feministas, no solo las interventoras, era un debate en torno a lo que esas intervenciones decían; mensajes de denuncia que reclamaban por justicia, casos de violencia, equidad, y oportunidades. 

Históricamente, los hombres han sido protagonistas en la sociedad, la ciencia, el arte, los que definen qué significa nuestra belleza, cómo debe ser nuestro carácter, cuales pueden ser nuestros sueños. No es para demeritar las obras de los artistas de quienes hoy reclamamos la alegoría, es para resignificarla porque si es para nosotras, nosotras somos quienes decidimos como usarla. “Las caleñas no somos como las flores, somos como la maleza. Valemos por lo que hay en nuestros corazones, no por cuanta sea nuestra belleza” 

artesinconcienciadegeneroesvandalismo fue la respuesta de las feministas en Cali tras ser acusadas públicamente como vándalas. Pero una respuesta especialmente controversial fue la realizada por una de las activistas del movimiento, el 24 de marzo de 2022 por @PaolaClavijo (facebook.com/virginia.rollin),Respuesta al mural inaugurado por el artista Pipe Yanguas el 8 de marzo en Cali: -las caleñas son como las flores- “Tus puntos y líneas con los que proclamas esa intención poética del estar conectados y ser infinitos, no nos representan, no cabemos en esas imágenes, por eso intentan e intentas cortarnos porque de repente esas líneas rectas se vuelven curvas, monstruos, sombras, manifiestos en los que el paisaje tiene voz, y ya no somos las que vamos vestidas de mil colores, como le dijiste al periódico El País, sino que somos las actoras materiales que alzamos la voz para repetir: No. Tu pintura es el « piropo » que rechazamos una y otra vez, precisamente, ahí, en El Bulevar, lugar de acoso, de asedio, de conquista del espacio público por parte de hombres que como vos piensan que nos regalan flores, que nos hacen un favor con su violencia, porque es que el mural no fue pintado en el patio de la casa del artista, en el baño, en la sala, sino en un edificio que es patrimonio histórico de la ciudad, en el espacio público -aunque es sabido que en esta ciudad, tan caracterizada por expropiar lo público, estas fronteras parecen difusas y por eso continuamente aludís a sentirte violado en tu propio patio- Es decir, Felipe, Secretario y Medios, que no se trató de un acto vandálico de unas “feministas”, sino de un acto político y reivindicativo en el que rechazamos sus ofrendas y regalos que nos infantilizan, exotizan, mercantilizan y perpetúan la violencia hacia nuestros cuerpos, hacia nuestro proclamarnos vivas, por eso no nos interesan sus grupos creados en búsqueda de restaurar este fallido mural, no nos interesa restaurar este orden ordenado para la segregación racial y de género, nuestro llamado es a habitar el espacio público, a que nuestras vidas puedan ser viables y a que nuestros cuerpos, nuestras historias puedan encarnarse en el andar de esta ciudad.  

Entonces, la invitación es a que nuestras manos, nuestras voces hagan historias en esa pared y en las tantas que haya que pintar.”  

Sin embargo tras un “encuentro” en el que Pipe se mostró muy repsetuoso y abierto al diálogo (a diferencia de muchos de quienes salieron en su defensa), el tema quedó inconcluso y las artistas caleñas siguen esperando que se logren diálogos y acciones antes de que llegue la conmemoración de las mujeres en 2023.