Un universo de libros

Por: Juan Manuel Rodríguez Bocanegra.

“El universo (que otros llaman la biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente.”

Eso es lo que cuenta el narrador de La biblioteca de Babel, el cuento de Borges. Habla de un lugar que contiene todos los libros escritos y todos los que se escribirán, poblado de bibliotecarios que administran las diferentes secciones, con la esperanza de que, en algún anaquel de una de las galerías, se encuentre un libro con todo el conocimiento universal, una especie de libro Dios. 

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También menciona que, como todos los hombres en su juventud, ha viajado en busca de ese gran libro que contiene a los demás.

Para los amantes de los libros ese lugar podría ser el paraíso, y Rohan Silva, un emprendedor tecnológico del Reino Unido, lo trató de emular con Librería, un espacio en Londres de luz suave y madera color miel, repleto de estanterías abarrotadas de libros; más de los que se podría pensar puede albergar el lugar. Fue diseñado por Selgascano, una firma de arquitectos españoles, y su diseño fue inspirado en el cuento del escritor argentino.

En Librería, ese efecto infinito que menciona el cuento se logra por medio de líneas irregulares y superficies reflectantes, combinado con el uso adecuado del espacio, lo que logra transmitir una sensación de laberinto.

Es un lugar diseñado contra las distracciones, una zona de desintoxicación digital que cuenta con una política de no teléfonos celulares ni tabletas. De esa forma invita a sus visitantes a limitar el uso de esos aparatos para solo tomar fotos del lugar.

“Si una persona hace negocios en su computadora todo el día, estar en un espacio lleno de libros tradicionales le permitirá escapar, navegar, hablar sobre libros y discutir ideas. Todos necesitamos un descanso de la distracción y el ruido digital”, afirma uno de sus empleados.

De esta manera logran que las personas se antojen de los libros a la vieja usanza: tomándolos de un anaquel, y leyendo la primera página o cualquiera en la que caigan de forma aleatoria, o bien, preguntándole a la persona que se encuentra a su lado sobre el libro que sostienen en sus manos, sin necesidad de consultar una aplicación de recomendación de libros.   

 Librería también cuenta con secciones diferentes a las categorías estándar que se encuentran en cualquier otra tienda de libros. Entre esas secciones están: la ciudad, encanto para desencantados, las madres madonas y putas, entre otras.

Según Sally Davies, su directora, Librería es un espacio que celebra la curación de obras –cuenta con más de 6.000 títulos–, labor a cargo de la escritora Jeanette Winterson, David Rowan, editor de la revista Wired, y Edwin Frank, el editor del New York Review of Books Classics, entre otros.    

Davies también cuenta que Librería les da a sus visitantes la oportunidad de sumergirse en la experiencia de estar en la tienda: “Queremos que las personas se sientan muy a gusto y bienvenidas; que vengan y pregunten por lo último en ficción experimental, pero también por los Juegos del Hambre sin que nadie levante una ceja”, dijo en una entrevista para The Guardian.

Rohan Silva, su fundador, cuenta que su casa es 80 % libros y 20 % cama, y que Librería le apuesta 100 % a los libros físicos, pues según investigaciones recientes, las personas absorben más información cuando leen un libro físico que uno digital, ya que los sentidos están más involucrados en la experiencia lectora.

“No me parece inverosímil que en algún anaquel

del universo haya un libro total”

  • La biblioteca de Babel –  

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