Recomendado: Grupo Planeta.

Chupeta, Martín Llanos, W, Guacamayo, David Murcia, el Loco Barrera, Valenciano, Sebastián, Lorena Henao y Marcos Figueroa, fueron capturados en impecables operaciones en las que participaron avezados agentes de la Policía de Colombia, con la colaboración de agencias de inteligencia de Estados Unidos, Inglaterra y otros países.

Estas reveladoras historias sintetizan de alguna manera la tragedia que hemos enfrentado desde hace cerca de cuatro décadas, cuando nuestro país se convirtió no sólo en el primer productor de cocaína del mundo, sino en un campo de batalla donde los carteles pretendieron imponer un narcoestado.

Las lecciones que reflejan el ascenso, el auge y la caída de los narcotraficantes que se sintieron todopoderosos e invencibles, me llevan en estas páginas a rendir tributo a cientos de policías, soldados, fiscales, jueces y periodistas que entregaron sus vidas con valentía para no claudicar ante el desafío
criminal.

Hoy, cuando se multiplican los argumentos para hablar de una guerra fallida contra las drogas, estimo que es un buen
momento para rendirles tributo a las víctimas del narcotráfico, rescatar el nuevo enfoque para superar el problema que quedó plasmado en el Acuerdo que puso fin al conflicto con las FARC y valorar los esfuerzos de cooperación de nuestros
más cercanos aliados en tantos años de lucha.

AUTOR:
GENERAL – OSCAR ADOLFO NARANJO TRUJILLO

Nació en Bogotá y al concluir sus estudios de bachillerato en el colegio Calasanz ingresó a la Universidad Javeriana, donde adelantó un semestre en la facultad de Comunicación Social y Periodismo para luego incorporarse a la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander. Su carrera como policía durante 36 años lo llevó a alcanzar el grado de General y a ocupar el cargo de director de la institución entre 2007 y 2012. Su trayectoria estuvo marcada por el logro de grandes éxitos en la lucha contra el crimen, avances significativos en la modernización institucional, y la construcción de un nivel de confianza sin precedentes por parte de la ciudadanía. Participó como negociador plenipotenciario en las conversaciones que pusieron fin al conflicto con las FARC y ocupó el cargo de ministro consejero de la Presidencia para el Postconflicto, Derechos Humanos y Seguridad. En marzo de 2017, el Congreso lo eligió vicepresidente de la República, responsabilidad que ocupó hasta el 7 de agosto de 2018.