

José Quintana Henao, mejor conocido como ‘El Plon’, es un activista cannábico colombiano que, el 17 de marzo del 2019, es detenido en Ecuador por portar una libra de marihuana. El objetivo de Henao, era llegar hasta Uruguay y entrevistar al Expresidente José Mujica, promotor de la regulación del Cannabis en su país.
En total tuvo que pagar 13 meses de cárcel en Ecuador. Actualmente libre y desde su casa en Popayán, cuenta cómo fue su proceso en la cárcel y cómo esto lo impulsó su activismo.
¿Cómo le fue en el tiempo que pasó en la cárcel?
A nadie le va bien pagando cana. Cárcel es cárcel, sea donde sea, pero también depende de dónde se mire. Porque por un lado estamos hablando de la completa pérdida de la libertad, de los Derechos Humanos. Pero también de la posibilidad de conocer, de primera mano, una realidad que existe y con la cual no podemos seguir haciéndonos los locos como sociedad: Los presos por marihuana.
¿Qué son los presos por marihuana?
Somos personas con las que se ha montado un negocio, por el hecho de tener un gusto por una planta. Los presos por marihuana, en condiciones reales, están expuestos al abandono total. Cuando yo estuve en Ecuador, en el reclusorio, la gran mayoría eran personas arrestadas por drogas. Lo curioso es que no había ni un solo capo, un narcotraficante duro. No, para mí, había dos tipos de personas, hippies que tenían una libra de marihuana para su consumo personal y solo iban pasando, y personas que intentaban ganar algunos pesos extra vendiendo marihuana.
Entonces la cárcel está llena de personas que en realidad no representan ningún peligro para la sociedad, que somos los de mostrar, mientras las toneladas siguen pasando libremente por las carreteras, con la bendición de los gobiernos, los verdaderos dueños del narcotráfico.
Después de una experiencia como esta, ¿Por qué no se alejó del mundo del cannabis?
No, dentro de la cárcel me di cuenta que podía empezar a actuar, desde otro eslabón de la cadena de valor del cannabis, para lograr la liberación de la planta. Que sea como es con los limones o con la mandarina.
¿Cuál es ese negocio al que usted se refiere?
Yo pagué 13 meses de prisión, pero porque hubo una rebaja de pena. Y ese es el negocio, por portar una libra de marihuana en Ecuador, te dan una pena entre 5 o 7 años de cárcel, y no existe la figura de cultivador, consumidor o paciente, únicamente de narcotraficante. Entonces, si usted se declara como narcotraficante, le rebajan la pena a la tercera parte. Ahí no hay mucho que pensar, a uno le toca declararse narco, así no lo sea, porque nunca he vendido un bareto en mi vida, pero era eso, o pagar la condena máxima. Y bueno, es lo que te decía, cogen a gente que no representa un peligro real, te declaras como narcotraficante, ellos muestran “resultados” en la lucha contra las drogas y los capos siguen relajados.
¿Y es así como inicia su trabajo como ‘El Plon’?
En realidad eso nunca estuvo en los planes. Yo vivía fuera de Colombia, y en el 2016 regresé. El asunto es que por cosas de rutas, el vuelo me deja en Medellín y justo ese día era la primera Expomedeweed, una evento nacional sobre el cannabis muy importante. El caso es que logro llegar al evento y ahí conozco a Olmes, me doy cuenta de toda la cadena de valor del cannabis y, bueno, me entra la necesidad de empezar a hablar del tema, porque hasta ese momento solo llevaba 20 años consumiendo, pero hasta ahí, nunca me había interesado en saber más. Entonces decidí crear un grupo en facebook, para compartir toda esta información que estaba recibiendo. Pensé que si a mí me parecía interesante, seguramente a otros también.
Bueno, el grupo quedó ahí, yo caigo preso y mi compañera, Yuli, comienza a gestionar el contenido, a exponer el mensaje. En el año que estuve en la cárcel, la comunidad creció en 10.000 personas. Ahí sentí la responsabilidad, con todo el grupo poblacional de los marihuaneros, de fortalecer el proyecto y convertirlo en un generador de información sobre toda la cadena de valor del cannabis. Y ahora, en el último año, ya somos más de 120 mil personas. Esto ha creado un compromiso total en mí, al punto que dedico mi vida a esto.
¿Cuál cree que es el problema real respecto a la marihuana? ¿Qué propone usted?
El problema es que está prohibido, porque se debería poder comprar y vender marihuana como si fueran limones. Y no debería estar amarrado a la cantidad, a usted nadie le dice cuanto limones puede cultivar, vender o poseer. Ahora bien, creo que el Estado debería educar a la gente en toda la cadena de valor del cannabis. Yo propongo la “Universidad de la Marihuana”, que sea igual como si usted quisiera ser médico… para usted ir a operar, debe primero prepararse académicamente, con la cannabis debería ser igual. Después de matarse un tiempo estudiando, se le dará una licencia para cultivar, vender, refinar, en fin.
¿Cómo nace su libro ‘Medicinal o Conspirativa de lo Físico a lo Místico’?
El libro nace porque en la cárcel vos tenés mucho tiempo libre, mucha energía activa, algunos la queman peleando o durmiendo, otros drogándose… en fin, en mi caso, lo hice con ese libro, pero la idea no era escribirlo. La idea era que yo le escribiera a una revista un artículo semanal, desde la cana. Y bueno, comencé a escribir, el artículo de la primera semana se convirtió en un texto de 15 hojas, entonces propuse hacer un folleto, pero se siguió extendiendo, y bueno, al final decidí plasmar mi punto de vista en él.
Lo escribí en unos cuadernos, eran mi tesoro más preciado en la cárcel, porque allá mantenían requisando todo, en busca de drogas y armas. Así que me mantenía con mis cuadernos en una chaqueta. Al final tuve cuatro cuadernos. Tanto escribirlo, como protegerlo, fue algo muy positivo. Y bueno, los comentarios que he recibido han sido muy positivos. Lo escribí con la promesa de no cambiarle nada, fuera lo que fuera lo que pasara, por respeto a todo lo que viví allá, las condiciones en que lo escribí y la energía que sentí al hacerlo, entonces cómo se escribió, salió.
¿En el tiempo que estuvo en la cárcel, no pensó en abandonar toda la lucha por la marihuana?
Después de pasar esa experiencia, de ver el drama desde tantas ópticas, empezando por la mía, lo que pasé con mi compañera, con mi familia y conocer el resto de historias allá, dije no. Ser yo es precisamente esto, luchar para que no haya más presos por marihuana y proponer un proyecto que impacte a todo el grupo poblacional a través de exponer toda la cadena de valor del cannabis y promoviendo el autocultivo.