¿Recuerdan al de los huevos? No, no hablo del señor de la tienda. Tampoco hablo de obscenidades… hablo de nuestro queridísimo Alberto Carrasquilla, quien quería meternos una reforma tributaria, la cual desataría un Paro Nacional, quizás el más fuerte en los últimos tiempos, que se prolongó por más de tres meses de manera permanente. Bueno, esto lo cuento a modo de contextualización porque, como muchos políticos en nuestra amada tierra, nos causa indignación total su fracaso político al ser personas que buscan su beneficio personal en el poder. Este hombrecillo, tiernecito él, con gafitas y una papada que provoca chocholearla con la puntita de los dedos como nos lo hacían nuestras abuelas, fue nombrado Co-Director del Banco de la República, el ente monetario más importante de Colombia, gracias a su patrón (pa’ tronarle las nalgas será) Iván Duque Márquez.

Este nombramiento, como muchxs ya saben, se hizo gracias a que la queridísima esposa del reciente candidato presidencial Alejandro Gaviria, Carolina Soto Losada, renunciara para apoyar de lleno las labores de la campaña de su esposo. Qué amor el que se manda esta señora (prometo conseguirme una así). Al quedar el puesto libre, Duque hurgó dentro de su bolsillo, y halló $1.800 pesitos, justo para conseguir al ‘huevero’ de Carrasquilla y sentarlo en la gran silla de Co-Dirección del BanRep.

Esto me causó bastante indignación. Tanta que no pude escribir sin ‘putear’ por estos 15 días. ¿Por qué conmemorar a un hombre con semejante puestazo, sabiendo que fue el precursor de que el país cayera en una crisis social y económica por más de tres meses? Eso es estar muy tostados pues. Pero bueno. Estamos en Locombia, y no le podemos pedir mucho a la vida tampoco.

Y ayer, trayendo a colación a don ‘Huevito’, me puse a leer el periódico con mi tasa de café sin azucar, como de costumbre en las mañanas antes de ponerme a trabajar… y veo un titular que dice “Demanda busca tumbar nombramiento de Carrasquilla por incumplir con cuota de género” y la verdad me dio mucha intriga. Les pongo en contexto.

Según la Ley 582 del 2000, se exige que en los puestos directivos del Banco de la República haya, como mínimo, un 30% de participación femenina en los cargos que lo componen. ¿Y cuántos hay actualmente? Son cinco personas que ocupan los puestos, por lo que, con la salida de Carolina Soto, quedaron cuatro, que serían tres hombres y una mujer…

Para que se haga válida la junta directiva, debe haber una participación de 1,5% de mujeres, lo que, como método de aproximación por ser más de 0.5, tomamos que serían 2 mujeres en los cargos, pero no. Se colocó a Alberto Carrasquilla… el hombre más hombre de Colombia, porque tiene unos huevos carísimos.

La demanda la realizó el abogado Joan Sebastián Moreno Hernández, y expone que El presidente de la República, Iván Duque Márquez, incumplió con los porcentajes de mujeres que debían pertenecer a la junta directiva del Banco de la República, en gran parte, porque, en estricto sentido, deben haber como mínimo dos mujeres en dicha junta para cumplir con el canon señalado en la Ley de cuotas para mujeres en el máximo nivel decisorio.

Definitivamente me deja mucho qué pensar este tipo de decisiones que se toman. ¿Si no se saben las normas de un sólo lugar, por qué gobiernan todo un país? ¿Será obra de una escapadita que se querían pegar sin que nadie se diera cuenta, y por eso no se hizo tanta ‘bomba’? No lo sabemos, pero lo sabremos, quizás, en un próximo capítulo de este, su país de recocha.