Por: Editorial El Clavo.

Desde pequeños nos han dicho que el estudio es lo más importante en la vida. Que hay que estudiar para “ser alguien en un futuro”… ¿pero es del todo cierto? ¿Entonces por qué es tan difícil poder estudiar en una buena universidad?, teniendo en cuenta lo costoso que puede llegar a ser estar ahí para quienes no tienen la oportunidad de la gratuidad. 

Todo el mundo habla de que la educación superior debería ser gratuita, pero es un dilema político del que sabemos que no estamos tan cerca como se cree. ¿Entonces qué opciones quedan? Sí, aquí es donde se entra al devastador mundo de los créditos… y digo devastador porque suelen haber personas que les tienen fobia a este tipo de ayudas económicas pero, ¿no crees que vale la pena sacar un crédito para algo que te va a servir para la vida? Yo digo que sí. 

Aquí entramos en un dilema mucho más delicado, y es el tema de la experiencia crediticia, dentro de lo que existe en el ámbito económico. Los bancos, cooperativas, casas de préstamo, o en cualquier lugar donde puedas sacar un crédito, siempre verán tu puntuación en un extraño algoritmo llamado “experiencia crediticia”.

Estar con planes de datos, servicios a nombre de uno, sacar préstamos pequeños, y tener tarjetas de crédito ayudan muchísimo a que nuestra puntuación vaya aumentando, eso sí, hay que ser muy cumplidos con los pagos para lograr eso…

Ya después de tener una buena experiencia crediticia te puedes acercar a un banco, e incluso directamente con la universidad o instituto en el que piensas realizar tus estudios, y solicitas un crédito para esto. 

En las entidades financiera suelen tener programas específicos para la educación, donde te ayudan a poder tener mucho más fácil el crédito que deseas, con la universidad o instituto que prefieras.

Si es por medio de la universidad o entidad educativa, suelen haber programas de créditos internos, sin embargo, aquí sí es estrictamente necesaria la presencia de una persona que te pueda servir de fiadora… es decir, alguien que tenga una puntuación extremadamente buena para que supla el rol de veedor de que puedas pagar bien tus cuotas, porque de lo contrario a él le cobrarían y le disminuiría su puntuación en el rango de la experiencia crediticia. 

Nunca es tarde para poder estudiar. Nunca es tarde para querer educarse, y el dinero no debería ser un problema para poder instruir a las personas en mejorar su calidad de vida por medio de una educación que les ayude a ser mejores personas, porque si hay mejores personas, habrá un mejor país.