
El Paro Nacional surgió a partir de una Reforma Tributaria que indignó a la ciudadanía, pero que luego fue escalando a mostrar, a los ojos nacionales e internacionales, el descontento que hay desde las distintas comunidades y grupos sociales hacia las políticas precarias para una construcción digna de ciudad. Por eso se mantuvo, por más de tres meses, un paro que buscaba que los jóvenes fueran escuchados ante la indiferencia del Gobierno a sus necesidades.
Es por esto que se crea, con base a los diálogos con los jóvenes de primera línea de Cali, el programa “Compromiso Valle”, un programa que busca ayudar a solucionar los problemas de empleo, salud, educación y seguridad alimentaria.
Con este proyecto, empresarios, grandes y pequeños, ha tenido la oportunidad de ir a estar recorriendo las calles de barrios de Aguablanca, de Siloé y las laderas de Cali, y han podido dar fe de la pobreza extrema y las pocas garantías de vida que tienen estas personas que allí viven.
Gracias a estos acercamientos, jóvenes que antes no se visualizaban con un trabajo formal, lo empezaron a hacer, y así también se les acerca a programas como “comedores comunitarios”, que se planeó generar 88 en Cali y municipios aledaños, de los cuales se han creado 77, con los que se busca proteger e incentivar la seguridad alimentaria de las personas.
Sin embargo, el otro lado de la moneda es que algunos jóvenes, que se hacen pasar por la Primera Línea, siguen haciendo de las suyas en la ciudad, generando bloqueos en algunos lugares de la ciudad, o dañando semáforos o cualquier implemento de la infraestructura física que afecta distintas operaciones dentro de la ciudad, entre ellas, la movilidad.