El día de ayer el Senador de la República, Roy Barreras, aseguró que dentro de los 10 cuerpos asesinados en bombardeo por parte del Ejército Nacional en el municipio de Calamar, Guaviare, habían menores de edad. Varios portales web y varios usuarios de redes sociales expusieron los nombres y edades de algunos jóvenes muertos en bombardeos.

Diego Molano, el ministro de Defensa, aseguró que hasta ahora no hay pruebas de las edades de los caídos en guerra, y que todos los operativos son bajo el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, donde se consagra la protección a la sociedad civil, pero afirma que, si estos se ven inmiscuidos en actos delictivos o trabajan de la mano con los guerrilleros, se convierten en objetivo militar.

El ministro ayer dijo que alias Gentil Duarte, el cabecilla de esta disidencia de las FARC en esa zona del país, fue reclutado a los 17 años de edad, y que hoy en día era una “máquina de guerra”, por lo que se iba a trabajar en conjunto con el ICBF para generar planes y campañas que las niñas y niños de estas zonas en violencia tengan mejores oportunidades en estudio, para que el ver hacia la guerra no se convierta en una constante.

Al haber denunciado este acto, la procuradora Margarita Cabello Blanco designó a un delegado para la Defensa de los Derechos Humanos para investigar y generar acciones preventivas para que, en caso de que fueran malas acciones las del ejército, no se volvieran a comete. En días se tendrá respuesta si los bombardeos del 2 de marzo cumplieron o no con las normas dichas anteriormente.