
Los indígenas no olvidan la verdad sobre Sebastián de Belalcázar. El día de ayer, sobre la madrugada, una agrupación de indígenas Misak tumbaron la estatua monumento del conquistador de Cali, Sebastián de Belalcázar. ¿Por qué? Así como cuando sucedió en Popayán, que también derribaron el monuento donde él yacía con su caballo, fue por acusarlo de despojo inapropiado de tierras, genocidio, apropiación de terriorios, violación a indígenas y comercialización de esclavos.
En septiembre del año pasado también se tumbó la estatua de Belalcázar en Popayán, a manos de los indígenas que, recordando con dolor la historia de sus ancestros, buscaban una forma de liberarse vandalizando un monumento al que se venera, pero del que no se tiene conocimiento del cómo fue realmente. Los indígenas siempre guardarán rencor ante los españoles usurpadores de sus tierras, y quienes causaron tanto daño en sus comunidades.