El día de ayer, en Atlántico, se conoció la historia de dos padres que llevarían el día de hoy a registrar a su hijo con el nombre único, o ‘no común’ de Pfizer. Los padres reconocen que es motivo de un homenaje para salvaguardar la esperanza de que sea una de las vacunas que ayuden a mitigar, controlar y erradicar el virus en su mayoría… dicen, además, que el nombre fue una idea aceptada por ambos cuando se dieron cuenta de que la vacuna alcanza el 94% de efectividad en pacientes sintomáticos.

Además, dicen los padres, si llegasen a tener una hija se le adjudicaría el nombre de ‘Astra-Zeneca’, gracias a la efectividad de esa otra vacuna. No es la primera vez que padres colocan nombres extraños o ‘no comunes’ a sus hijos, pues se han visto en meses y años atrás cómo nombran, bajo supervisión de la Registraduría Nacional del Estado Civil, a los hombres como Teotriste, Abejo, Santoprimo, Estanislao; y para las mujeres usan nombres como Sayuris, Isolina, Zyryy, Dulfiria, entre otros.