A pesar de que existan restricciones para este tipo de aglomeraciones masivas, en algunos sectores de la ciudad se infringe la ley y se realizan fiestas clandestinas que en su mayoría exceden el mínimo de personas que sería de 50. En el barrio El Caney, este fin de semana, se desarticuló una fiesta con más de 100 personas, entre ellos la mayoría eran menores de edad, en la que no se respetaban ni se cumplían ninguno de los protocolos de bioseguridad interpuestas por el Gobierno Nacional.

La fiesta tenía carpas instaladas, hubo quema de pólvora y baile sin distanciamientos sociales. Uno de los organizadores fue uno de los jóvenes que estaban transcurriendo en el mismo barrio, semanas atrás, en una piscina improvisada en el volco de una camioneta. El Subsecretario de Vigilancia y Control, Jimmy Dranguet aseguró que las infracciones deben ser mayores, para así generar una disminución de este tipo de fiestas clandestinas que promueven el contagio, el desorden civil y que pone en riesgo la vida de muchos caleños.