Por Andrés David Aparicio
Publicación: Febrero 19, 2007

“Si preguntan por ti,
¿qué voy a decir?
¿qué voy a explicar?”
El Diablo, Fobia

La Humanidad se queja y grita.

“Maldito demonio que te metes en nuestras cabezas para que caigamos en la tentación de cometer actos equivocados, irresponsables y ojalá impuros. Engendro infernal que entierras tus cuernos en nuestros corazones para que sintamos la punzada de la lujuria estúpida, la envidia sutil, la ira cegadora y otros tantos pecadillos. Te haremos caso porque no es culpa nuestra, porque somos empujados por tus palabras susurradas en nuestros oídos atentos. ¿Quién nos puede acusar si fuimos obligados por ti, Príncipe de las Tinieblas? ¿Quién nos puede castigar si tenemos razones de peso para explicar lo que hacemos?”

Desde el Cielo, el Creador susurra que Él lo hará y manda al Arcángel Miguel, bicharraco asexuado si los hay, para que explique con algunos ejemplos su posición. Está de buenas el Cucho Celestial, en otras épocas hubiera mandado al Ángel de la Muerte (más entretenido que Miguel) para que limpiara la Tierra de tanto pendejo. El Clavo les trae partes del discurso del arcangelito.

Humanidad: Me engordé porque la comida es muy grasosa.

Arcángel Miguel: Chanch@, a menos que tengas desordenes hormonales o algo por el estilo, te engordas porque te tragas la grasa que te ponen por delante. Si vas a abrir la puerca boca que sea para pedir comida más sana.

H: ¡Pero él se atravesó!

AM: Y como eres un@ “macho cabrío/hembra de armas tomar” tienes que perseguirlo por diez kilómetros, pasándote cincuenta semáforos en rojo, asustando trescientos dos peatones, matando nueve perros, orillando siete viejitas en Volkswagen y esquivando novecientos quince taxis para poder gritarle (con la ventana cerrada, claro) que es un hijueputa.

H: Profe es que internet estaba caído.

AM: Cómo no se va a caer con tanto “powerpoint” baboso lleno de fotos de flores y maricadas así. Además no hay libros en tu casa, ni buses para ir a una biblioteca, ni teléfonos para averiguar, ni cerebro encendido para usar.

H: Es que no se siente lo mismo.

AM: De acuerdo. El cauchito ese no deja sentir esa humedad de pareja que permite el correcto fluir de la situación. Y si es la pareja número quince en los últimos cuatro días entonces fijo no se sentirá igual cuando te llenes de pústulas, o cuando se te llene la barriga con un(a) pendej@ nuev@. Lo que sea peor.

El discurso siguió pero la grabadora del corresponsal se quedó sin batería. Según él, porque no había donde cargarla. No se le ocurrió llevar una de repuesto, revisar la carga antes de viajar, pedir una prestada, o rogar por el milagrito. Maldito zoquete.