Los científicos encontraron en el cuerpo de Neruda un tipo de bacteria potencialmente tóxica que, de manera natural, no debería estar allí y confirmaron que estaba en su organismo cuando murió. Pero no pudieron determinar mucho más.

Cuando el poeta chileno Pablo Neruda, quizás la figura más célebre del país, murió en 1973, la causa oficial de su deceso fue el cáncer.

Pero durante mucho tiempo ha existido la sospecha de que Neruda fue asesinado, y surgió una gran cantidad de evidencia circunstancial para respaldar la teoría.

Menos de dos semanas antes de su muerte, un golpe militar derrocó a Salvador Allende, cuyo gobierno era de izquierda. Neruda era uno de los aliados más destacados del gobierno y estaba a pocas horas de huir hacia México.

Años después, en 2011, su chofer hizo una acusación explosiva: Neruda había sido inyectado misteriosamente en el estómago poco antes de su muerte.

El miércoles, luego de una investigación de una década, un equipo de expertos forenses internacionales entregó a un juez chileno su informe final sobre el análisis de los restos exhumados de Neruda. Era un momento que los chilenos esperaron durante mucho tiempo.

Entonces, ¿Neruda fue asesinado? La respuesta del equipo no fue muy satisfactoria: quizás.

Los científicos encontraron en el cuerpo de Neruda un tipo de bacteria potencialmente tóxica que, de manera natural, no debería estar allí y confirmaron que estaba en su sistema cuando murió, según un resumen de dos páginas del informe. Pero no pudieron distinguir si se trataba de una cepa tóxica, y no pudieron concluir si le inyectaron la bacteria o si, en cambio, provenía de alimentos contaminados.

Paola Plaza, jueza chilena, recibió este miércoles el informe final de un panel que investigó la muerte de Neruda en Santiago.

Sin embargo, los científicos admitieron que otras pruebas circunstanciales respaldan la teoría del asesinato, porque en 1981 la dictadura militar envenenó a los presos políticos con bacterias posiblemente similares a la cepa encontrada en los restos de Neruda. (Ese método de envenenamiento, no obstante, surgió de un programa de armas químicas que la dictadura comenzó en 1976, tres años después de la muerte del escritor).

En vez de brindar claridad, el esperado informe mostró que es posible que nunca se resuelva el misterio de una muerte que se ha cernido sobre Chile durante los últimos 50 años.

“Si tenía una cepa tóxica, ¿cómo llegó ahí?”, dijo Charles Brenner, un investigador forense de California que ayudó a completar el informe. “Eso es más una cuestión de imaginación, no de ciencia”.

En 2017, los científicos habían anunciado que encontraron rastros de la bacteria en un diente de Neruda, pero no estaban seguros de si se había filtrado en su cuerpo después de su entierro, lo que puede ocurrir.

El nuevo hallazgo de que la bacteria estaba adentro de su cuerpo cuando murió probablemente impulsará la sospecha profundamente arraigada entre muchos chilenos de que la desaparición de la figura cultural más prominente de la nación solo fue una atrocidad más de la dictadura militar de Chile.

La dictadura, comandada con mano de hierro por el general Augusto Pinochet, gobernó de 1973 a 1990 y llevó al exilio a cientos de miles de chilenos, torturó a decenas de miles y dejó más de 3000 muertos.

Paola Plaza, la jueza chilena encargada de la investigación sobre la muerte de Neruda, recibió el informe el miércoles y dijo que lo considerará como una prueba importante en la investigación que busca determinar si el escritor fue envenenado. Plaza podría presentar cargos de asesinato si descubre que tiene las pruebas necesarias.

Sin embargo, es posible que el informe del miércoles y la eventual conclusión de Plaza nunca convenzan a un sector del público chileno. Karen Donoso, una historiadora chilena, comparó la incertidumbre sobre la muerte de Neruda con las preguntas persistentes de algunas personas sobre la muerte de Allende, quien se suicidó antes de caer en manos de los militares cuando derrocaron a su gobierno.

“Para muchas personas, a Allende lo mataron, independiente de lo que diga la investigación judicial. Algo similar puede pasar con Neruda”, dijo. “Muchas personas seguirán pensando que lo mataron, y eso es lo que quedará en la memoria de la gente”.

Para algunos de los familiares de Neruda, que durante mucho tiempo han creído que el poeta fue asesinado, el informe prueba que su muerte no fue natural. “Hemos encontrado el arma asesina. ¿Pero quién lo mató? Eso viene en una segunda etapa”, dijo Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda y abogado y querellante en el caso. “Pero al menos queda registrado en la historia que Neruda no murió de pena ni de cáncer”.

Conocido por sus poemas de amor, Neruda es ampliamente considerado como uno de los más grandes poetas del siglo XX, y ganó el Premio Nobel de Literatura en 1971. Su legado también ha sido reconsiderado en los últimos años a la luz de su admisión, en sus memorias, de que agredió sexualmente a una criada.

Neruda participó activamente en la política, incluso como exsenador del Partido Comunista y embajador de Chile en Francia. El escritor estaba en París cuando se sometió por primera vez a un tratamiento para el cáncer de próstata y finalmente regresó a Chile en 1972.

Un año después, los militares tomaron el poder. Las tropas saquearon y destruyeron la casa de Neruda en Santiago, la capital del país, y allanaron dos veces su casa en la costa, ubicada a unos 112 kilómetros al oeste, donde vivía con su tercera esposa.

En medio del tumulto, el gobierno de México le ofreció asilo a Neruda. Pero días antes de su viaje programado, Neruda fue ingresado en una clínica médica en Santiago, donde murió a los 69 años.

Si bien hubo algunas sospechas de juego sucio, la idea de que murió por causas naturales fue ampliamente aceptada en todo Chile. En la década de 1980, la Fundación Pablo Neruda, una organización sin fines de lucro que administra las casas del poeta, argumentó que “no había evidencia para respaldar que la causa de la muerte fuera otra cosa que el cáncer”.

Pero en 2011 se interpuso una nueva denuncia. Manuel Araya, quien fue el chofer del poeta, le dijo a una revista mexicana que Neruda le había confesado en su lecho de muerte que los médicos le inyectaron en el estómago una sustancia desconocida que lo hizo “quemarse por dentro”.

En ese momento, pocos de los familiares y amigos de Neruda creyeron la versión de Araya, y tampoco la Fundación Pablo Neruda.

No estaba claro por qué Araya se había mantenido en silencio durante 40 años. Dijo que décadas antes trató de decírselo al Partido Comunista de Chile, pero nadie lo escuchaba. Tras su denuncia pública, el partido interpuso una demanda para investigar la muerte.

En abril de 2013, el cuerpo de Neruda fue exhumado por orden de un juez. Expertos forenses de Chile, España y Estados Unidos analizaron los restos y, siete meses después, publicaron un informe que decía que “no había evidencia forense alguna” que señalara una causa de muerte distinta al cáncer. Los forenses encontraron lesiones metastásicas en el esqueleto correspondientes a cáncer de próstata y restos de la medicación para tratarlo.

El cuerpo de Neruda fue exhumado en 2013, como parte de la investigación sobre su muerte.

Sin embargo, los laboratorios forenses de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y la Universidad McMaster en Canadá continuaron examinando los restos de Neruda, incluido su ADN. En 2017, dijeron que la causa oficial de muerte por caquexia, o desgaste del cuerpo causado por el cáncer, era incorrecta.

“No había indicios de caquexia. Era un hombre obeso en el momento de la muerte”, dijo en ese momento Niels Morling, un científico danés que ayudó a dirigir el análisis. “Todas las demás circunstancias en su última fase de la vida apuntaban a algún tipo de infección”.

De manera crucial, los investigadores también encontraron en uno de los molares de Neruda rastros de la bacteria clostridium botulinum. Algunas cepas de esa bacteria causan botulismo, que puede paralizar y matar a las personas, y es una de las toxinas más letales del mundo. A veces, se ha utilizado en armas biológicas.

Sin embargo, el análisis de 2017 estaba incompleto y los científicos dijeron que necesitaban más tiempo para determinar si la bacteria estaba en su cuerpo en el momento de la muerte —o se filtró después— y si lo había matado.

En su informe final del miércoles, los científicos concluyeron que la bacteria estaba en su cuerpo cuando murió, en parte al encontrar pequeñas cantidades de la bacteria en el suelo cerca de donde fue enterrado.

Pero no pudieron determinar si lo mató, o incluso si la cepa de la bacteria era tóxica, en parte porque solo pudieron reconstruir alrededor de un tercio de su genoma. Como el ADN es tan antiguo, se había degradado.

“El botulismo es el veneno más potente que existe para los humanos. Y, por lo tanto, la mención de una persona que muere con la bacteria botulínica es espeluznante. Es increíble”, dijo Brenner, miembro del panel de expertos. “Sin embargo, la verdad es que algunas cepas botulínicas no producen la toxina y, en este caso, no había pruebas claras de que así fuera”.

En los humanos, la bacteria botulínica tóxica suele ser el resultado de comer pescado podrido, dijo. “No tenemos muchos asesinos, pero sí muchas muertes por botulismo”, dijo.

New York Times.