El presidente se dirigió a los miembros de la ONU y al mundo entero haciendo un llamado en torno a lucha contra el cambio climático.

Por: Juan Camilo Vanegas

Petro hizo su presentación en sociedad como Presidente de Colombia ante la Asamblea de las Naciones Unidas – ONU con un discurso al mejor estilo de él. En un tono beligerante, con una prosa literaria y desde un trasfondo absolutamente disruptivo, Petro se dirigió a los miembros de la ONU y al mundo entero haciendo un llamado en torno a lucha contra el cambio climático, un cambio de estrategia en la fallida guerra contra las drogas y la unión de América Latina. Es bien conocida la admiración que profesa el Presidente por el escritor Gabriel García Márquez, en tal sentido tiene mucha lógica pensar que para elaborar esta intervención se inspiró en el discurso de Gabo titulado La Soledad de América de Latina, el cual escribió para recibir el premio nobel de literatura hace ya varios años. Y es que al igual que Gabo, Petro habló para América Latina haciendo un llamado a la unión de los diferentes países por la lucha de intereses en común. Pero al mismo tiempo habló desde Latinoamérica, pidiendo a las grandes potencias volcar mayores esfuerzos en torno a la protección de la selva amazónica y en dejar de satanizar a la hoja de coca. En una disertación bastantemente profunda señaló como el modelo social y económico en el que vivimos incentiva a los individuos al consumo de drogas para superar la soledad causada por las sociedades en las que se confunde consumo con felicidad.

En un su discurso marcó varios puntos de diferencia respecto a los expresidentes colombianos. En lugar de hablar de su agenda interna buscó, a través de argumentos científicos llamar la atención sobre la necesidad de luchar por el medio ambiente para conservar el planeta en el que vivimos. Insistió en su propuesta de cambiar pago de deuda externa, por inversión en el cuidado de la selva amazónica. A diferencia de Santos y Duque no habló del acuerdo de paz, pero sí de la necesidad de paz entre los estados (Ucrania y Rusia). De igual forma, salió de la dinámica tradicional de los presidentes colombianos (respicie polum) de adular a Estados Unidos y a las potencias, y en su lugar les recalcó sobre la necesidad de trabajar como iguales por el cambio climático (respicie similia). Cambio el argumento de la corresponsabilidad de las potencias mundiales respecto a la lucha contra las drogas, por la necesidad que como especie tenemos por cuidar y conservar nuestra planeta y finalmente habló para los mandatarios del norte, pero también para sus sociedades en una profunda reflexión respecto a cómo vivimos hoy con una gran ausencia de amor.

En suma, hoy Latinoamérica vive un vacío de poder donde no existe un Presidente en capacidad de liderar la región y Petro busca llenar ese vacío estableciéndose como líder de América Latina en el escenario mundial en torno a la lucha contra el cambio climático desde un cambio en paradigma de la guerra contra las drogas. Es claro que el mundo hoy tiene una ausencia de liderazgo moral y Petro busca ocupar ese espacio. El Presidente se está jugando todas sus posibilidades internacionales y aunque el discurso pudo haber sido muy acertado considerando el objetivo de liderar la región, se debe esperar que consecuencias pueda tener en las relaciones con esas potencias económicas de las que tanto dependemos en este mundo interdependiente y globalizado.