
Es imperativo que Colombia salga del marasmo que la tiene sumida en la miseria
Por: Fernando Jiménez
No solo La Guajira terminó golpeada. Los más golpeados con la decisión de la Corte Constitucional son los campesinos, por muchos años sumidos en el olvido.
La decisión de la Corte Constitucional de declarar inexequible el decreto que definía a La Guajira como zona de emergencia económica, se convierte en un baldado de agua para regiones que cifraban sus esperanzas en encontrar salida a sus crisis a través de las medidas excepcionales del Gobierno Nacional.
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Por supuesto, muchos colombianos expresaron su inconformidad de que se recogieran estos dineros a través de una tarifa adicional en el recibo de energía y rememoraron la época de Andrés Pastrana, cuando el nunca bien recordado cuatro por mil en las transacciones económicas fue el mecanismo de financiación. Dijo que era temporal, y pasados muchos años, sigue vigente.
Además, el tema de la solidaridad en momentos como el actual, en el que apenas estamos saliendo de una recesión económica, no suena tan estimulante.
Así las cosas, el presidente Gustavo Petro y su equipo económico deberán estudiar otra alternativa, no solo para resolver la problemática de los guajiros, sino también la de otros departamentos que no soportan el estancamiento económico, la pobreza y las necesidades que se acumulan cada día.
Como es lógico, los opositores sentirán un alivio con la decisión de la Corte Constitucional, los representantes del gobierno del cambio verán en ese fallo una talanquera para seguir adelante, pero millares de campesinos de las montañas, sentirán que poco a poco se alejan las esperanzas.
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