“La juventud está perdida”, recitan y recitan los adultos que ven a los jóvenes divertirse cada sábado en discotecas, o lo mencionan cuando ven a los ‘pelaos’ viajar y “desperdiciar” el dinero en cosas pasajeras del presente sin estar forjando su futuro. ¿Qué está pasando verdaderamente con la juventud? ¿Es una conducta general en todo el mundo o siempre ha habido un grupo de jóvenes que piensan en el presente y no le ven importancia al ahorrar y a invertir?

Por: Editorial El Clavo.

Pareciera ser que es la forma en la que ha evolucionado (o involucionado) el mundo. El uso de las nuevas tecnologías, la descentralización de la información y el hecho de que los jóvenes, nativos digitales, tengan acceso a cualquier tipo de datos, han forjado un nuevo carácter más radical, en el que se habla del “pensar en el presente más que en el futuro”.

Una de las grandes razones que hay actualmente es que los jóvenes piensan fielmente en que el planeta está a punto de acabarse, donde su gran causante es la contaminación, y que los datos de la ONU han arrojado informaciones claras y contundentes sobre la muerte inminente del planeta tierra como se conoce actualmente, esto causa que los jóvenes no tengan un objetivo de ahorrar e invertir en una vivienda o en otro tipo de activos o pasivos a futuro.

Otra de las razones es pensar que, por tener el mundo a sus pies a causa de las redes sociales, los jóvenes no piensen en tener trabajos estables para poder pensar en un futuro. El aparentar en las cuentas de sus redes una vida que no tienen causa que el encontrar un trabajo sea complicado, comenzando porque no lo buscan como lo necesitan económicamente, sino en temas de permisos para poder viajar y salir con sus amigos.

Los jóvenes están pensando es en salir de fiesta, conocer lugares diferentes cada fin de semana y pasear a lo largo y ancho de un mundo que antes era concebido como imponente y gigante, y que hoy las redes han hecho que sea tan estrecho y angosto.

¿Siempre ha sido así?

Según algunos adultos mayores, sí, siempre ha sido así. Desde siempre han escuchado de hombres y mujeres que han vivido su vida al día, pensando únicamente en lo que pasará máximo en unos días o meses.

La realidad es que pensar en un futuro lejano no es importante para ese tipo de personas, puesto que han crecido con algunas prácticas más individualistas, donde importa su vida y su diversión, más que el pensar en una familia, y con ello pensar en sostenerse en el futuro.

Lo que sí ha sido algo que se ha tenido que evaluar desde hace muchos años es la educación financiera enseñada desde los colegios. A los jóvenes se les debe enseñar la importancia de ganar dinero, pero también la capacidad de administrarlo, pensando en que en cualquier momento se puede ir y se van a quedar sin nada, para asimismo tener las capacidades de afrontar las dificultades monetarias y poder generar mayores ingresos que permitan una estabilidad financiera a futuro.

La enseñanza de finanzas debe ser más importante que enseñar otro tipo de asignaturas. Debe ser una de las principales materias que se ven en la jornada estudiantil, y la más importante práctica que se genere constantemente desde los jóvenes, cargando así una posibilidad de siempre elevar sus ingresos de una forma más consciente y real.