
Empezó la entrega de los Premios Nobel del 2023. El primero fue otorgado a Katalin Karikó y Drew Weissman por sus investigaciones que permitieron el desarrollo de las vacunas de ARNm contra el covid-19.
Este 2 de octubre empezó la entrega de los Premios Nobel del 2023. Como suele suceder, el primero en la lista fue el de Medicina que, en esta ocasión, fue para Katalin Karikó y Drew Weissman, dos científicos cuyas investigaciones fueron cruciales para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero para el covid-19, que salvaron millones de vidas. Las vacunas de Pfizer y de Moderna estaban “basadas” en esta tecnología.
En palabras del comité del Premio Nobel, se les otorgó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2023 “por sus descubrimientos sobre modificaciones de bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARNm eficaces contra el covid-19″.
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The 2023 #NobelPrize in Physiology or Medicine has been awarded to Katalin Karikó and Drew Weissman for their discoveries concerning nucleoside base modifications that enabled the development of effective mRNA vaccines against COVID-19. pic.twitter.com/Y62uJDlNMj— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 2, 2023
Katalin Karikó, bioquímica húngara y PhD por la Universidad de Szeged, nació el 17 de enero de 1955 y emigró a Estados Unidos a finales de los años 70. Desde entonces, empezó a trabajar en proyecto que parecía imposible. Sin financiación, trató de demostrar que modificar una letra en la secuencia del ARN mensajero permite que esta molécula no provoque una reacción inmunitaria. En palabras muy simples, intentó desarrollar métodos para utilizar el ARNm con fines terapéuticos.
Fue una empresa que desarrolló junto al inmunólogo Drew Weisman, su compañero en la Universidad de Pensilvania, en EE.UU. Nacido el 7 de septiembre de 1959, Lexington, Massachusetts, recibió su título de PhD de la Universidad de Boston en 1987. Los primeros resultados de ambos científicos fueron presentados en 2005 y sorprendieron a la academia, aunque no recibió toda la atención que merecía.
En una entrevista que concedió hace poco al diario El País de España, Karikó admitió que su propósito estuvo lleno de desafíos. “El éxito era ir progresando en los experimentos: hallar la forma de producir más proteína con el ARN, modificar la secuencia y que funcione mejor, ver que da resultados en animales. El único problema era que no conseguía financiación. A mí me intentaron degradar cuatro veces. Si no lo hubieran hecho, no sería quien soy”, aseguró entonces.
El Espectador.