Constantemente escuchamos a personas identificarse como gais, bisexuales, y otras identidades dentro del espectro LGBTQ+, pero aún nos falta mucho por aprender. La skoliosexualidad (ahora también conocida como ceterosexualidad) es la atracción hacia las personas no binarias, por lo tanto es una orientación sexual.

En los últimos años, la libertad individual y sexual nos ha permitido explorar más aspectos de nuestra intimidad y descubrir cosas que antes eran consideradas tabú. Ejemplo de esto son las orientaciones sexuales que han ganado popularidad recientemente, como es la skoliosexualidad o ceterosexualidad, la cual agrupa a aquellos individuos que se sienten atraídos por las personas no binarias.

Afortunadamente, la sociedad entendió que la sexualidad y la identidad sexual no tiene por qué limitarse a la escogencia de dos opciones, sino que hay múltiples alternativas para elegir. Es ahí donde entra la ceterosexualidad, donde la persona no evalúa que su acompañante sea de sexo femenino o masculino, sino que más bien prefiere que se identifiquen como no binarios.

Anteriormente, el término adecuado para esta orientación sexual era skoliosexualidad, el cual se originó a partir del prefijo ‘skolio’, equivalente a ‘queer’, desviado o curvado. Ambos designan a aquellas minorías sexuales que se alejan de las heteronormativas o binarias, pero también tiene una connotación negativa en el ámbito médico. Es por ello que hace unos años, se prefirió sustituirlo con el término “ceterosexualidad”, el cual parte de la palabra en latin “Cetero” que significa “otro”.

A diferencia de lo que se pueda pensar, los ceterosexuales, no consideran la genitalidad de la persona como un factor importante, ni mucho menos si su pareja utiliza una vestimenta que socialmente es atribuida a un género tradicional específico. Para este grupo lo importante, es la no identificación con los conceptos de masculino y femenino.

«La skoliosexualidad significa diferentes cosas para diferentes personas (…) Para otros, es una forma de expresar que se sienten atraídos por cualquier persona que no sea cisgénero. Así que a menudo se usa para describir una atracción por hombres y mujeres trans», dice Laura Lee Townsend, terapeuta clínica con sede en California.

Gracias a la mayor difusión de estos conceptos, las personas han dejado de estigmatizar a los individuos no binarios y trans, ya que descubren que son tan bellos, atractivos y valiosos como todos los demás. Sin embargo, los especialistas han alertado de no fetichizar, ya que de hacerlo se generaría un nuevo desorden y un salto atrás en la lucha por la visibilidad de este colectivo.

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