Por: Editorial El Clavo.

A veces pienso en Andrés Caicedo. Es imposible no hacerlo cuando se conoce su historia y se recorre las calles de Cali pensando qué hacer en un sábado aburrido y solemne entre tanta muchedumbre y aura de fin de semana. Me recorro varios lugares de Cali, pensando en frases icónicas de su libro “¡Que viva la música!”, y recordando cómo fue que empezó la época cinéfila con él de anfitrión, acompañado de Luis Ospina y de Carlos Mayolo. Recordando esto me dan ganas de ir a ver alguna película en mi ciudad, la ‘Sucursal del Cielo’.

Recorriendo las calles me pongo a pensar en algún lugar gratuito para ver cine, como antes se veía en los barrios y en sitios icónicos. Recuerdo que una vez, hace unos 10 años, fui al museo La Tertulia a ver una película, y la entrada fue gratuita. Era jueves y llovía, pero el teatrino era bajo techo, y no hizo que quienes íbamos a disfrutar de una película underground o de autor nos fuéramos.

Pero no, lugares en Cali para ver cine gratis hoy en día ya están tan escondidos como las viejas historias que ya no se cuentan sobre la caleñidad de los 70, sobre los mitos y leyendas que dejaron de contarse en los colegios… e incluso como el instinto caleño de ser cinéfilos puros. Perdimos ese toque.

Aunque ya no sea gratis la Cinemateca de La Tertulia, siempre hay repertorio de películas que suelen no estar en carteleras de cine comercial, como en Cine Colombia, Royal Films o Cine Mark.

Otro lugar donde se pueden ver películas es en el icónico y único museo del cine de Colombia, pionero en resguardar las mejores y más grandes memorias cinéfilas de la ciudad y del país… se trata de Caliwood. Allí, además de encontrar fragmentos de filmes que han sido auge en Colombia, también se pueden ver cámaras videograbadoras antiguas que han sido usadas para producir algunos largometrajes que han sido galardonados a nivel nacional e internacional.

Allí, en Caliwood, también se podrá ver algunas películas, pero luego de la pandemia el lugar ha limitado el ingreso de visitantes por su caída económica… Sin embargo, a partir del 15 de agosto del 2022 se podrá volver a visitar éste, uno de los lugares que mayor historia guarda entre paredes de la ciudad.

Según la Comisión Filmica Cali Región, “Cali ha sido reconocida por la UNESCO como Ciudad Creativa de las Artes Digitales y cuenta con importantes escenarios como el Centro Histórico (Monumento Nacional, 1959) y una variada arquitectura civil, religiosa, militar, doméstica e industrial”.

Sigo mi camino y recorro la ciudad buscando cine, pero no el común, no el aburrido cine comercial, que además de caro no me ofrece buenas funciones que me pongan a reflexionar sobre la vida o la muerte.

Entonces sigo pensando en Caicedo, y me pongo cabizbajo. ¿Estará retorciéndose en su tumba porque ya el cine parece no importar? No hablo del cine comercial, sino del buen cine, ese que te pone a pensar y a visualizar otros fragmentos que nunca habías visualizado. Ese que te abre la mente y te ayuda a expandir tus horizontes.

Lo malo del cine underground es que de verdad es underground, y no logro encontrar ese sitio alternativo que me permita ver alguna función de forma gratuita, así que me decido por ir a la Cinemateca. Compro mi boleta de entrada que me costó $10.000 y me tomo una gaseosa antes de que empiece la función.

A lo lejos veo un poster en una pared del Museo. Cabello largo, gafas cuadradas y una camisa a medio abrir. Es él, Andrés Caicedo con una sonrisa de esas que lo identificaban. De esas que sacaba cuando le llegaba una idea para escribir y se perdía entre su lírica. Era él, y le estaba haciendo homenaje a su memoria permitiendo que el cine de autor no muera en la ciudad.