En una ceremonia a la que asistieron más de 300 integrantes del pueblo kogui, el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule, socializó un reciente fallo que ordenó la restitución de derechos de la comunidad indigena sobre un territorio que consideran sagrado.

A mediados de la década de los noventa la violencia arreció en la Sierra Nevada de Santa Marta. Grupos armados deforestaron vastas zonas y a punta de violencia y amenazas ejercieron control para poder realizar actividades de narcotráfico.

El Estado respondió con operativos y bombardeos. En medio de estos enfrentamientos quedaron miles de integrantes del pueblo kogui. Estas comunidades vivieron en carne propia los embates de la violencia. Líderes asesinados, familias desaparecidas y comunidades desplazadas fueron el resultado de más de dos décadas de violencia.

A este panorama se sumó el daño a la tierra, que para ellos es sagrada. Tala de árboles, contaminación de ríos y afectaciones a la fauna. Un panorama desolador para un pueblo que concibe a la naturaleza como a una madre.

Por eso, la ceremonia de este miércoles es tan importante. Más de 300 integrantes de la comunidad tugeka del pueblo kogui se reunieron debajo de un centenario árbol de higuerón para escuchar de voz de funcionarios del Gobierno y de la rama judicial los alcances de un reciente fallo proferido por el Tribunal Superior de Cartagena.

El fallo ordenó a la Agencia Nacional de Tierras ampliar el territorio kogui, restableciendo sus derechos sobre 1.636 hectáreas más.

El mandato judicial ordena a IGAC a actualizar la información catastral de los predios, para que estos pasen a nombre del Resguardo Kogui Malayo Arhuaco.

También conmina al Ministerio del Medio Ambiente, Corpoguajira y a Parques Nacionales a diseñar e implementar, en conjunto con las comunidades indígenas, un programa de reparación de daños ambientales y la recuperación de dos importantes ríos, el Ancho y el San Salvador, que son casi que la vida para estas comunidades.

“Esta sentencia recoge las decenas de vulneraciones sufridas durante décadas que impidieron el goce efectivo de los derechos territoriales y los restituye. Reconoce el territorio ancestral del pueblo kogui, parte de la Línea Negra y resuelve reparar los daños a través de órdenes dirigidas a los temas de titulación, seguridad jurídica sobre la propiedad colectiva, uso y posesión tradicional del territorio, acceso y protección de sitios sagrados, protección ambiental y protección colectiva, entre otros”, enfatizó Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras.

A la jornada asistieron también representantes de 24 instituciones vinculadas en el fallo.