Roja y fugaz.

Por: Mar Márquez

Ella era un ser abyecto y enajenado.

El mundo trazaba una línea muy fuerte del sendero de lo bueno, pero estaba bordeado del camino oscuro.

Su sendero siempre daba curvas cruzándose por los dos caminos constantemente,

Las voces no paraban de susurrar como si fueran jueces decretando cómo debía ser su papel en el mundo, pero, a este paso, ella prefería que la encontraran indigna;

No quería ascender en ese papel que le colocaron y ser entregada a la sociedad sin ningún sentido;

Así que ella era indigna, ella era lo malo, ella no era ni luz ni noche,

Ella era roja como el amanecer que marca un principio y un fin, pero al mismo tiempo era fugaz e insignificante, alguien que muy pocos veían.

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