Casi en toda nuestra adolescencia y juventud nos han intentado inculcar distintos modelos o acciones para contribuir a la lucha contra el cambio climático, ¿Pero realmente hacemos caso a eso? Es tan difícil poder tener cambios en nuestros hábitos que, por más que lo intentemos, muchos fracasamos en el intento… y sí, nos sentimos mal por el planeta, nuestro hogar, pero aún así no cambiamos nuestros hábitos de consumo y de participación, en general, dentro de la sociedad.

Por: Editorial El Clavo.

Colegios, institutos, universidades… comerciales de Televisión, periódicos y revistas; en todos y cada uno de ellos hemos visto frases como “cambiemos el rumbo del planeta y mejoremos su vida”, “acabemos con el cambio climático”, etc… ¿realmente sentimos el verdadero valor de lo que esto nos intenta explicar?

El Clavo estuvo investigando sobre algunos hábitos que se pueden tener desde la casa, la oficina, incluso en los transportes en los que nos movilizamos entre esos dos lugares. Pongámonos la 10 por el planeta, por sus mares, sus aires y sus montañas. Ser conscientes del problema no es más que un mar de soluciones que podemos tener para lograr evitar, por una %$#$% vez, el cambio climático.

Alimentos y elementos ecológicos:

Algo tan sencillo como cambiar nuestro común cepillo de dientes por uno de bambú, o pedir en el supermercado alimentos que sean cultivados ecológicamente… Algo tan básico como poder entender que se puede encontrar mejores alimentos en huertas urbanas, sin tanto químico que nos hace daño, pasiva y directamente.

Hoy en día hasta hay prendas de vestir que son hechas ecológicamente. La idea es apostarle a la conservación de las especies del planeta y de la preservación de los ecosistemas… cambiemos estos hábitos primarios que los vemos como “necesarios” e, intrínsecamente, estaremos aportando nuestro granito de arena.

Hacer uso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacerlos valer:

La Organización Mundial de las Naciones Unidas, ONU, ha venido prediciendo el cambio climático desde hace varias décadas, por lo que ha intentado generar acciones políticas para que sean realizadas y llevadas a cabo por parte de los gobiernos del mundo. Los ODS’s son una muestra de ello.

Y no es un limitante el que sean dirigidos hacia los países… si el Gobierno no hace nada al respecto, siempre podremos usarlos para tenerlos como pilar fundamental en nuestro proyecto de vida o en proyectos laborales. Muchas personas usan estos Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluso, para sus proyectos de matrimonio y en sus familias. ¿Loco? No. Loco es hacerse el de la vista gorda con una problemática como la del cambio climático.

No viertas productos químicos o contaminantes en la tierra, ríos o mares:

La gran crudeza de la humanidad nos ha llevado a no importarnos casi nada. Sabiendo que un tarro de aceite quemado es nocivo para la salud, lo vertimos en el parque de la esquina o en la alcantarilla… ¿se nos olvida que hay seres vivos a parte de nosotros?

Cuando tengas este tipo de productos, incluso agua con jabón, no mates la vida de esos ecosistemas. Lo recomendable es separarlos y preguntar en tu vecindario quién es responsable de recoger este tipo de productos. Siempre suele haber alguien que recoge el aceite quemado… y con agua con jabón sucio, viértelo en el lavadero de tu casa, la planta de tratamiento de aguas residuales de tu zona se encargará de tratar el agua con todo el proceso medioambiental necesario. (El aceite no porque genera más dificultades para poder tratarlo).

Oiga, no desperdicie agua pues:

Ducharse por máximo 5 minutos, cerrar la llave mientras te cepillas, lavar el auto o la moto con agua desde un balde o evitar jugar con el agua de la llave son algunas de las que más hemos escuchado desde que tenemos uso de razón… ¿Pero las cumplimos? No seamos morrongos y pongámonos a pensar en la cantidad de agua que desperdiciamos cuando nos duchamos, ¿Es necesario, de verdad? ¿O es que te da más placer?… consciencia.

Y en el trabajo también puedes aportar:

Llevando un termo para dejar de usar vasos plásticos cada que quieras agua, o café… usar cada vez menos el papel y mejor usar el dispositivo móvil al que mantienes pegado; desechar el papel usado en los puntos de reciclaje; separar la basura en los puntos seleccionados por tu empresa y ahorrar luz cuando no se estén usando algunos dispositivos son algunas de las acciones que puedes emprender para apoyar la disminución gradual del cambio climático.

No es algo de ti, solamente. Es algo de todos. El no apoyar al 100% la reducción del cambio climático se ha convertido en una lucha por parte de los ambientalistas, quienes, a pesar de sus campañas y sus proyectos, al final del día no suelen tener mucha adhesión de personas a sus pensamientos. El consumismo y el capitalismo nos han hecho perder los momentos de reflexión sobre estas temáticas, cuando décadas o siglos atrás el cuidado de la tierra, por parte de nuestros ancestros, era lo primordial… ¿Qué pasó, amiguitos?