Hasta nunca, DCEU. Esta es una reseña detallada sobre la película de The Flash

Por: Jordy Bejarano

(Cabe aclarar que más abajo hay spoilers del filme, por lo que, si aún no lo has visto, continúa leyendo bajo tu propia responsabilidad).

Después de años en preproducción, varias propuestas diferentes para el guion, medio año de retraso y un sinfín de polémicas gracias a las acciones de su protagonista, The Flash por fin ha llegado a los cines de todo el mundo.

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La cinta, que prometía ser un antes y después para el universo DC y un gran evento para cualquier fan de los superhéroes, ha tenido un estreno pobre en la taquilla internacional, con una recaudación de solo 130 millones de dólares en 3 días, muy por debajo de las expectativas del estudio, que apuntaban a un estreno de 170–180 millones.

Más allá del fuerte batacazo que el velocista escarlata se ha dado en la taquilla, el recibimiento del público tampoco ha sido el esperado. No se trata únicamente del hecho de que las personas no estén dispuestas a ir al cine y pagar para ver la película, sino que quienes lo han hecho se han dividido entre aquellos que salen de la sala con un mal sabor de boca y aquellos que aman el filme.

Por supuesto, como todo arte, el cine es subjetivo. Cada persona debe formarse su propia opinión sobre las producciones cinematográficas o televisivas. Pero, ¿hay una forma de explicar lo que está sucediendo con The Flash? Indudablemente sí. Es por eso que a continuación, compartiré no solo mi análisis y opinión sobre la película, sino también el por qué considero que ha sufrido un destino tan negativo como el que ha tenido.

Salida: una mañana normal para la Liga de la Justicia

Durante la primera parte de la película, tenemos un pequeño cortometraje sobre una misión de la Liga de la Justicia en la que Flash, Batman y Wonder Woman deben evitar que un virus mortal se disperse por el aire. Esta es una forma magistral de mostrar a los espectadores cuál es el estado de este universo, cómo la liga que vimos hace unos años ya se encuentra consolidada y cómo nuestros héroes son admirados y adorados por la opinión pública.

En este pasaje, que nos ayuda a aclimatarnos dentro de las lógicas narrativas de este universo, también podemos darnos cuenta del estado funesto del CGI y los efectos especiales, que son sin duda el peor apartado de la película. No se entiende cómo es que, en pleno 2023 y después de un retraso de seis meses, aún se puedan permitir este tipo de efectos visuales que parecen a todas luces no terminados.

Concretamente en la escena del hospital, no hay que hacer demasiado esfuerzo para percatarse de lo mal que están diseñadas las caras de los bebés. Esto resulta incluso menos entendible cuando en otros puntos de la película somos testigos de momentos visualmente bien logrados. Simplemente no es tolerable que a estas alturas llegue al cine un trabajo de tan poca calidad.

En varias entrevistas, el director Andy Muschietti ha dicho que en algunas escenas (refiriéndose a los momentos en los que Flash viaja por el tiempo y podemos ver distintas Tierras y líneas temporales alternativas), los efectos visuales deben verse así por una decisión puramente artística, pues su idea era representar este viaje temporal desde la perspectiva del personaje.

Aunque esto fuese cierto, no justifica el mal trabajo de CGI en otros momentos de la película, como en la mencionada escena del hospital. Además, retomando el axioma de que el arte es subjetivo, si tienes que explicar tus decisiones artísticas a los espectadores, eso quiere decir que la película no transmite el mensaje que estabas buscando, o que la ejecución de tu idea llevada a la práctica no es lo suficientemente efectiva.

Primera vuelta: el viaje emocional de Flashpoint

Esta película, aunque no es una adaptación fiel al cómic Flashpoint, sí posee elementos reconocibles propios de esa historia y sus diferentes iteraciones. La premisa principal de esta cinta, por ejemplo, bebe directamente de la premisa del Flashpoint original: Barry Allen/Flash viajando hacia atrás en el tiempo para salvar a su madre.

Otros ecos de la paradoja del tiempo de Flash presentada en los cómics durante la década pasada que están presentes en esta nueva historia, son la existencia de un Batman más veterano, encarnado en este caso en la figura de Michael Keaton, o el rescate de un kryptoniano encarcelado, representado por Supergirl en esta versión de la historia.

Sin embargo, el elemento más importante en la historia de Flashpoint es el viaje emocional de Barry, un trayecto emocional que esta película logra representar a la perfección a través de la presencia de dos versiones del personaje marcadamente diferenciadas.

Por un lado, tenemos al Barry que ya conocemos, experimentado en el uso de sus poderes y golpeado por la tragedia de perder a su madre. En contraste, también tenemos al Barry más joven, despreocupado e hiperactivo, que obtiene sus poderes y cree que puede solucionarlo todo con ellos. Para este Barry, ninguno de sus seres queridos tiene por qué morir, porque él es Flash y tiene el poder para salvarlos a todos.

El Barry del universo que conocemos ve en su versión más joven un reflejo nada deseable de sí mismo, a pesar de que, como espectadores, nosotros podemos percatarnos de las similitudes que existen entre ambos. Cuando el Barry más joven empieza a viajar en el tiempo una y otra vez para intentar salvar la vida de Batman y Supergirl, fracasando en cada intento y poniendo en peligro la existencia de todos los universos, nuestro Barry entiende que ha errado, y que debe aceptar que hay cosas que no puede cambiar, tener el valor de cambiar las que sí puede, y que debe tener la sabiduría para reconocer la diferencia.

Este es un punto de inflexión para el personaje: el momento en que debe aceptar que la muerte de su madre, al igual que la del hombre murciélago y la chica de acero, son intersecciones inevitables, eventos que van a ocurrir sin importar qué. Todo este viaje emocional se siente real gracias al excelente trabajo actoral de Ezra Miller, de quien se podrá decir cualquier cosa, menos que no puso todo de sí en esta película.

Segunda vuelta: compañeros en la carrera

En esta película tenemos dos versiones diferentes de Batman en acción (y una tercera en el final cuya presencia nadie entiende muy bien), cameos que sirven para rememorar la historia cinematográfica de DC, y una fantástica Supergirl de sangre colombiana.

Por el lado de los murciélagos, tanto Ben Affleck como Michael Keaton se lucen a su manera interpretando a Batman. En el caso de Ben Affleck, toda la escena en la que le explica a Barry los riesgos de viajar en el tiempo y por qué no debería permitir que su tragedia lo defina, tiene, a mi parecer, de las mejores líneas escritas para un Batman en el cine, totalmente alejadas del personaje frío y psicópata de Batman vs. Superman.

Michael Keaton, por su parte, se come la pantalla en cada una de sus apariciones, desde el mítico “Soy Batman” hasta su sacrificio durante la batalla final. Al parecer, para este señor, ser Batman es como andar en bicicleta, nunca se le olvida cómo hacerlo sin importar cuántos años pasen.

La Supergirl de Sasha Calle es toda una kryptoniana. A pesar de su rencor contra la humanidad por haberla mantenido encerrada durante veinte años, esta versión de Kara Zor-El se mantiene fiel a los ideales de su pueblo, por lo que termina uniéndose a nuestros héroes para ser el símbolo de esperanza que habría representado su primo de haber llegado a la Tierra. Es la última hija de un mundo perdido y, aunque no le debe nada a su planeta adoptivo, lucha por él como la súper que es. Eso sí, la película está en deuda con este personaje, porque podría haber brillado más si su tiempo en pantalla no hubiese sido tan corto.

El resto de los cameos son una celebración a la riqueza del multiverso DC, una fiesta de lo que estos superhéroes representan. Si no estuvieran presentes, la película seguiría siendo exactamente la misma, porque realmente no aportan en demasía al desarrollo de la trama, pero sirven para recordar que esta historia debería ser un gran evento para todos los fanáticos del multiverso DC, aunque la taquilla no esté reflejando esto.

Última vuelta: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Ay, Dios

Como ya lo mencioné antes, el centro de la historia es la muerte de Nora Allen, la madre del protagonista. Aunque esta historia proviene directamente de la mitología de Flash, estoy bastante conflictuado con la causa de su asesinato.

En la película, se nos dice que el asesino de Nora irrumpió porque la puerta de la casa de los Allen estaba abierta, puesto que Henry, el padre de Barry, había ido a comprar un paquete de tomate para que Nora pudiera preparar su famosa pasta. Por lo tanto, el cambio que Flash realiza es poner el paquete de tomate en el carrito de su madre, para que no lo olvide y así, según su lógica, no sea asesinada.

Esto hace que el argumento de la película se sienta inconsistente, porque no parece lógico que poner el tomate en el carrito de la compra pueda evitar que el asesino entre a la casa para matar a Nora. Simplemente, es una solución que no tiene sentido desde el punto de vista narrativo, porque no existe una correlación directa entre los hechos ni tampoco se siente que el cambio ataque al problema real.

Esto hace que una buena historia se sienta incoherente, porque está edificada sobre un argumento central que se cae por su propio peso. Aun así, esta situación da lugar a un momento emotivo importante para el personaje, porque tiene la oportunidad de despedirse de su madre, aunque ella no sepa que es él. Es un momento cumbre para el velocista escarlata, y está maravillosamente interpretado por Maribel Verdú como Nora y Ezra Miller como Barry.

En ese momento, Barry puede desprenderse finalmente de su tragedia, aceptando que su madre siempre estará viva en alguna parte del tiempo, y que siempre podrá recordarla con el coro de la canción que cantaba todos los domingos mientras preparaba su famosa pasta de tomate. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Ay, Dios.

Línea de meta: un estrellón en la taquilla

Como ya lo mencioné anteriormente, en la última escena de la película podemos ver la inexplicable aparición de un tercer Batman: George Clooney, quien interpretó al hombre murciélago en la película Batman y Robin, regresa como Bruce Wayne para la última secuencia de esta historia.

Esto ha generado molestia en el público, pues The Flash fue presentada como la película que reiniciaría el universo DC, el producto que explicaría el estado actual de este conjunto de historias y al mismo tiempo conduciría hacia el futuro, pero este último cameo y la cinta en general dejan más preguntas que respuestas.

Al final, las expectativas, el terrible CGI y algunas malas decisiones, pesaron más que las virtudes de la película. El marketing voz a voz terminó siendo mucho más poderoso que la intensiva campaña de promoción que Warner Bros Discovery realizó para la película luego del lanzamiento de su primer tráiler en el Super Bowl.

Al final, The Flash no pudo asumir la carga de corregir el rumbo del universo DC, y terminó estrellándose estrepitosamente en su llegada a los cines. Personalmente, tengo que decir que yo disfruté la película, y que la misma podría entrar fácilmente en mi top 5 del género, pero al escribir para esta revista, mi responsabilidad es reconocer ante ustedes, mis lectores, que, aunque la película en sí misma es bastante disfrutable, si la vemos como parte de un universo compartido, se derrumba como un castillo de naipes.

Lo único que prueba esta película, es que el universo extendido de DC Films está muerto. Trataron de alcanzar a Marvel en solo tres películas, y eso les sigue pasando factura hasta el día de hoy. Desde Man Of Steel hasta The Flash, este universo ha intentado levantarse una y otra vez, pero el acarrear con los problemas del pasado y no corregir el rumbo a tiempo lo ha llevado hasta estas instancias; y tanto la historia como la taquilla de The Flash son síntoma de ello. En este punto, lo más sensato que puede decirse sin caer en el fanatismo, es que The Flash no es más que el final de un universo que nunca fue.

Adiós, universo extendido de DC. Tu carrera fue accidentada, nos dejaste algunas buenas historias; aunque en lo global, la realidad es que pasaste con más pena que gloria. Probablemente te recordaremos, aunque ojalá que no. Por ahora, solo nos queda esperar que tu sucesor, que iniciará su carrera en el año 2025, lo haga mejor que tú y esté a la altura. Hasta nunca, DCEU.

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