En un país del tercer mundo es muy común encontrar personas que se quejan y se quejan de no lograr conseguir un trabajo, y son quienes sí los tienen quienes se llenan la boca diciendo “esta gente sí se queja”, pero no se dan a la tarea de buscar, realmente, cuál es el motivo de que tantas personas tengan la tristeza e impotencia de no lograr conseguir un empleo estable y duradero.

Por: Editorial El Clavo.

Antes de lograr definir la tusa laboral como término coloquial, es importante ver la razón por la que tantas personas la padecen. Muchos le echan la culpa a los jefes, quienes se la pasan despidiendo y despidiendo trabajadores a la mansalva, pero ¿en verdad es así?

Crear empresa en un país como Colombia, donde los impuestos se han comido a los trabajadores y empleadores por décadas, es casi imposible. Los impuestos siempre están aumentando, e incluso son los principales causantes de que tantas empresas quiebren… es por esto que no se puede conservar una nómina estable y duradera. Claro, hay otras variables como las malas acciones por parte de los trabajadores, que causan que las juntas directivas tomen acciones, ¿pero y quienes trabajan bien, hasta se matan trabajando de más y aún así los despiden?

Es una ración bastante triste de toda la torta en la que se comunican los despidos en las empresas, y más aún en un país donde la ola de inmigrantes generó una sobre demanda de trabajos, y por la que los empleos informales se dispararon.

Inmigrando: De mal en peor.

El vecino país, Venezuela, cruzó una etapa bastante complicada en su historia, donde una dictadura se dedicó a expropiar empresas y a generar que las inversiones extranjeras se fueran del país. Ante esto, la oferta laboral decayó en casi 400%, generando así una sobrepoblación de personas que estaban incrementando su pobreza, y disminuyendo su felicidad.

Ellos, con motivos de buscar una mejor vida para sí mismos y sus familias, decidieron inmigrar… pero no se darían cuenta de que Latinoamérica, en general, vive a gatas una discusión interna, en cada uno de sus países, sobre la difícil situación para las empresas.

Ahora, es tan difícil encontrar, de por sí, trabajo por parte de los ciudadanos de Colombia, que la dificultad se incrementa incesantemente para los inmigrantes, a quienes se les colocan muchas trabas a la hora de poder expedir sus papeles de ciudadanía extranjera. Por esta razón, su única forma de subsistir es, o en un trabajo informal, sin pagos legales de seguridad social y cesantías, o pedir limosnas.

Colombianos, tristes y desolados.

Ahora, los ciudadanos de éste país, llamado Colombia, viven un sinfín de tristezas compuestas por el alza de los precios, la baja oportunidad laboral y la violencia sistemática que aún se vive en muchas ciudades y territorios del país. ¿Es esto vida?

Los ciudadanos claman por un empleo estable y duradero, que les permita salir de sus deudas y progresar en un país al que se resignan dejar, pero que no están tan lejos de tomar esa difícil decisión.

Quizás, es una de las grandes razones por las que las personas deciden emigrar a otros países, o mejor, a otros continentes, en donde les toca pasar trabajo duro y donde les toca aguantarse la xenofobia por parte de ciudadanos europeos o asiáticos.

Latinoamérica, ¿hasta cuándo?