Mucho se habla de lo regionalistas que pueden ser los ‘paisas’, y sí, pueda que lo sean, en cierto modo… ¿pero está mal serlo?

Por: Editorial El Clavo

Viajando a Medellín, capital del departamento de Antioquia, se puede encontrar con un progreso evidente, tanto desde lo social, como en temas ciudadanos más robustos, como el sistema de transporte, la infraestructura y la limpieza.

Algo de contexto:

‘Medayork’, tiene una población en su ciudad, según CNN Español, de 2,5 millones de habitantes, pero si se le suma la cantidad de personas que habitan en la zona metropolitana, en las ciudades de Bello, Itaguí, Envigado, Copacabana, La Estrella, y Sabaneta, puede alcanzar una cifra de 3.731.400 habitantes.

Según CNN, Medellín es la segunda ciudad más importante de Colombia, seguida de Bogotá, pero también tiene el orgullo de ser la tercer ciudad mejor catalogada del mundo, según Time Out, revista que hace este análisis a nivel global.

“El top 5 de las mejores ciudades es:

  1. Edimburgo, Escocia
  2. Chicago, EE.UU.
  3. Medellín, Colombia
  4. Glasgow, Escocia
  5. Ámsterdam, Países Bajos”

Cabe resaltar que, a pesar de haber sido catalogada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, por el tema del narcotráfico, la violencia estructurada, el conflicto armado interno con guerrillas como el ELN, las extintas FARC-EP, y por las bandas criminales que tenían azotados a los barrios de ‘la ciudad de la eterna primavera’, pasó a convertirse en un foco de atención de talla mundial por los grandes cambios que tuvo, desde la culturización de la sociedad, como el aprovechamiento de la infraestructura para poder cambiar de rumbo a una ciudad violenta.

¿Qué tan bueno es creerse lo ‘más chimba’?

Muchos habitantes de otras ciudades están en desacuerdo por lo regionalistas que pueden llegar a ser los paisas, ya que, con tanto glamour que maneja una ciudad bella en su organización geográfica, y con unos de los mejores climas a nivel nacional, los mismos habitantes de Medellín y de su área metropolitana están tan orgullosos de sus avances que hasta dicen ser mejores que Bogotá.

Y no están lejos de serlo, pues siendo la primera ciudad en el país con el sistema de transporte metro la hace envidiable. Aún así Bogotá ya haya empezado la construcción de su propio sistema.

Haciendo un recorrido por la ciudad se escucha decir a los paisas que son ‘lo último en guaracha’, y no hay quién les haga cambiar de opinión. Mantienen en su boca lo educados que son, destacan siempre la organización de la ciudad, la infraestructura histórica, los museos, tanto al aire libre como los cerrados, y sus montañas, que para ellos suele ser su mayor bendición por las vistas que pueden tener.

Tienen de qué estar orgullosos, están felices por lo linda que es su ciudad, y deberían abrirse al mundo para dar el ejemplo que ya dan entre sus calles, el de la esperanza y perseverancia, porque con trabajo duro y de bastante tiempo, pasaron del horror al reconocimiento del bueno, a la condecoración, a la felicidad y amor por lo que hacen, que es siempre trabajar echados pa’lante como dicen ellos mismos.