El jefe de Estado del Kremlin explicó que congelará temporalmente su participación en el START III, un pacto que limita la producción de misiles nucleares a gran escala desde la Guerra Fría.

En el discurso más importante de Vladimir Putin del año, anunció que suspenderá su participación en el tratado de desarme nuclear que está vigente con Estados Unidos. Se trata de una cooperación conocida como el START III, considerado como el salvavidas que evitó una guerra nuclear en la década de los 90.

El mandatario justificó su accionar militar en contra de Ucrania en la madrugada de este martes. Vale la pena recordar que Putin no se dirigía al Congreso desde 2021. Por ende, su intervención ante los legisladores rusos fue catalogada de importante al anunciar cuáles han sido sus avances en términos militares y territoriales poco antes de que se cumpla un año del inicio de la invasión de las tropas rusas a territorio ucraniano.

Esto revive las tensiones que pueden haber de un conflicto nuclear, ya que al Rusia haber congelado temporalmente su participación en este pacto tendría permitido superar el “límite” establecido de ojivas nucleares.

Putin explicó que “Rusia no abandona, sino que sólo suspende” el cumplimiento del tratado. El mandatario expresó que su decisión se basa debido a Estados Unidos y sus recientes acciones nucleares. Además, adelantó que “si EE. UU. realiza ensayos nucleares con nuevo tipo de armamento estratégico, Rusia efectuará también pruebas” de esa clase. “Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo (…). Nadie debe albergar la peligrosa ilusión de que la paridad global estratégica puede ser destruida”, comentó.

El 19 de febrero, Rusia probó con éxito sus últimos misiles balísticos hipersónicos, misiles de crucero y misiles balísticos con capacidad nuclear como parte de los ejercicios planificados, dijo el Kremlin.

¿Por qué es importante este tratado?

Conocido también como el pacto de No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, este acuerdo fue un pacto que se hizo en el último episodio de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos, en el 1991. Desde entonces, ambos países renuevan el acuerdo que establece un tope para la producción y almacenamiento de armas y misiles nucleares.

Además, el acuerdo supone que a medida que transcurren los años debe reducirse el número de ojivas nucleares que posee cada país. Por ejemplo, en la década del 90 se decidió que tanto los soviéticos como las fuerzas estadounidenses podrían tener “máximo 6.000 cabezas nucleares”.

En 2002 se firmó un nuevo pacto, esta vez entre la Confederación Rusa y la presidencia de George Bush en la que el máximo de armamento eran 2.200 misiles. Finalmente, en febrero de 2021 Putin, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, prorrogaron cinco años el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias, que había sido firmado en 2010.

Es importante recordar que mientras estuvo Donald Trump frente a la Casa Blanca hubo dificultades para la negociación y ampliación de este acuerdo. En una ocasión, el republicano denunció que firmar el pacto solo traería consecuencias para los intereses de Estados Unidos.

Sin embargo, el START III establece un límite de 1.550 cabeza nucleares por país. Además, limita a 700 el número de misiles balísticos intercontinentales, el de los desplegados en submarinos y bombarderos estratégicos equipados para armamento nuclear. También redujo a 800 el de lanzaderas para misiles intercontinentales, lanzaderas submarinas para misiles balísticos y bombarderos estratégicos equipados para armamento nuclear, estén desplegados o no.