La manipulación a través de la agenda mediática.

Por: Jonathan David Tangarife Quintero.

Durante las últimas semanas, Colombia ha estado viviendo días frenéticos. Desde las declaraciones de un exjefe paramilitar que salpican varios dedos del titiritero que controla nuestro país hasta el escándalo de Laura Sarabia y Armando Benedetti, pasando por una decisión histórica: el primer expresidente de Colombia que será llamado a juicio. ¿Cómo se han comportado los grandes medios frente a estas situaciones?

Inicialmente, considero pertinente realizar una breve explicación de cada suceso. Por un lado, entre el 10 y el 16 de mayo el exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso, estuvo compareciendo ante la JEP y proporcionando sus declaraciones sobre diferentes acontecimientos de interés nacional, tales como el asesinato de Jaime Garzón, el hecho de que, en su momento, Gustavo Petro y Piedad Córdoba fueron objetivos militares, la financiación y apoyo de la Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a diferentes campañas presidenciales (entre ellas la de Álvaro Uribe y Andrés Pastrana), el asesinato de Eudaldo Díaz y el papel que tuvo Álvaro Uribe en él, el apoyo económico de empresas como Postobón y Coca-Cola a las AUC, entre otros.

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Por otro lado, tenemos la decisión histórica en el caso contra el expresidente Álvaro Uribe, imputado por presunto fraude procesal y soborno a testigos: el pasado 23 de mayo, la jueza Laura Barrera, del Juzgado 41 Penal de Conocimiento de Bogotá, negó la solicitud de preclusión realizada por la Fiscalía General de la Nación, por lo que Uribe tendrá que ir a juicio por los delitos que se le acusan.

Con respecto al caso de Laura Sarabia y Armando Benedetti, todo empezó el pasado 27 de mayo, cuando la Revista Semana publicó una pieza audiovisual en la cual se “destapó” Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia.

En pocas palabras, Meza acusa a Sarabia de haberla obligado a someterse a la prueba del polígrafo al ser una de las sospechosas de haberse robado una gran suma de dinero de la casa de la entonces Jefa de Gabinete de Gustavo Petro. A través de documentos oficiales se comprobó que Marelbys accedió de manera voluntaria. Luego apareció Armando Benedetti en todo este entramado: la exniñera de Sarabia había sido empleada doméstica en la casa del exembajador de Colombia en Venezuela y, en su momento, también fue acusada de haber cometido un robo en la propiedad de Benedetti, fue sometida al polígrafo y los resultados oficiales arrojaron que Meza no había pasado exitosamente la prueba. Después, se empezó a hablar de un chantaje por parte de Armando Benedetti con base en la información contenida en un mensaje que le envió a Sarabia, en el que, al parecer, insinuaba que, si ella hacía lo que él le estaba pidiendo, no permitiría que saliera el contenido de Semana y Marelbys Meza; tesis fortalecida luego de conocerse que el exsenador le pagó un vuelo chárter hacia Venezuela a Marelbys antes de que ella se reuniera con la revista en cuestión.

Sin embargo, todo estalló hace pocos días, cuando se reveló que la DIJIN tenía chuzada ilegalmente a Marelbys Meza. Después de una reunión entre Petro, Sarabia y Benedetti, estos dos últimos fueron despedidos de sus cargos, lo que dio pie para que el exembajador se despachara contra el presidente y Sarabia a través de audios enviados a esta última y publicados por la Revista Semana; en dicho material, Armando Benedetti afirma, entre otras cosas, que la campaña de Petro en la costa fue financiada irregularmente y que, si él cuenta la verdad, todos se van presos. Poco tiempo después, Benedetti salió a declarar que los audios fueron manipulados y que se dejó llevar de la rabia y el trago.

Ahora bien, ¿qué papel cumplen los grandes medios (en cuanto a poderío económico) en estos casos? Me centraré en la situación particular de la Revista Semana ya que, por un lado, ha demostrado ser el medio más crítico (sea con fundamentos o no) del gobierno Petro y, por otro lado, porque ha sido uno de los actores principales en la novela Sarabia-Benedetti.

Si buscamos en la página web de Semana la palabra “Mancuso”, es posible apreciar que entre el 15 y el 16 de mayo, fechas en las que el exjefe paramilitar realizó algunas de sus declaraciones más importantes (como que las AUC apoyaron las campañas presidenciales de Uribe y de Pastrana), Semana apenas publicó 17 artículos sobre el tema, de los cuales, además, muchos fueron dedicados a la defensa de Uribe (y los suyos) frente a dichas acusaciones.

Ya si tecleamos “Juicio Uribe”, veremos que el 23 de mayo, día de la audiencia, solo fueron publicados 7 artículos al respecto: ¡casi nada!

Pero aquí viene la sorpresa: si buscamos la palabra “Benedetti”, es posible ver que entre el 4 y el 5 de junio (días en los que estalló el tema de los audios), aparecen ¡¡¡más de 70 artículos dedicados a este tópico!!! Y esto sin mencionar que Semana sigue sin explicar cómo o de dónde obtuvieron esos audios que Benedetti le envió a Sarabia; ¿estamos hablando de chuzadas?

En conclusión, a través de ejemplos como el de Semana se puede observar cómo actúa el establecimiento desde los medios de comunicación más poderosos: cortinas de humo dándole más interés a temas que, si bien es cierto son importantes, no tienen más relevancia que otros, como los planteados en esta columna. Como ya lo dije en un texto anterior, el Golpe Blando está a la vista y los medios de comunicación al servicio de la derecha tienen un papel fundamental en él. No nos dejemos engañar, no permitamos que nos manipulen cual titiritero a sus muñecos, quitémonos la venda de los ojos y no hagamos posible que se “embolaten” las reformas que propone el gobierno por culpa de escándalos dignos de una novela mexicana. Preguntémonos frente al espejo: y tú, ¿caes en el juego de los grandes medios?

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