
Lionel Messi y Emiliano Martínez le arrebataron los premios The Best a Karim Benzema y a Thibaut Courtois.
Por: Jonathan David Tangarife Quintero.
El pasado lunes, 27 de febrero, se llevó a cabo la ceremonia para entregar los premios anuales de la FIFA, The Best, en París, Francia. Los argentinos Lionel Messi y Emiliano ‘El Dibu’ Martínez, se llevaron los premios fuertes de la noche europea.
Al parecer, para los ‘expertos’ del fútbol mundial, vale más un mes bueno, que una temporada espectacular. Es apenas lógico que Messi y Martínez recibieron aquellos reconocimientos por sus actuaciones en el Mundial de Qatar, porque si hablamos de la temporada pasada en su totalidad (como se supone que debería ser), Benzema y Courtois fueron víctimas de un robo a mano armada por parte de la FIFA.
Los nomidados en la categoría del mejor jugador del año, fueron: Karim Benzema, Lionel Messi y Kylian Mbappé. Por su parte, los seleccionados para disputarse el The Best al mejor portero de la temporada, fueron: Thibaut Courtois, Emiliano Martínez y Yassine Bounou. A continuación, me detendré y compararé la temporada de los dos primeros de ambas categorías:
Por un lado, tenemos a Benzema y a Messi. Benzema tuvo la mejor temporada de su vida, tanto así, que se convirtió en el segundo futbolista capaz de ganar un Balón de Oro en la época hegemónica del argentino y de Cristiano Ronaldo. En total, sumó 44 goles y 15 asistencias en 46 partidos durante la temporada pasada, y obtuvo la Champions League más épica de la historia (eliminando uno a uno a los mayores candidatos para ganarla), La Liga Santander (siendo el ‘pichichi’) y la Supercopa de España. Cabe destacar que 15 de esos 44 tantos, los anotó en la competición de clubes más importante del mundo (la Champions League), en tan solo 12 enfrentamientos.
Messi, por otro lado, acumuló un total de 11 goles y 15 asistencias en 34 partidos, ganando, además, la Ligue 1 (la liga menos competitiva entre las cinco más importantes de Europa), la Finalissima contra Italia (torneo recién inventado) y el Mundial de Qatar (en el que anotó 7 goles y repartió 3 asistencias en 7 juegos disputados), y el cual, a pesar de que se disputó durante la temporada 2022/23, por coincidencias de la vida, la FIFA decidió incluirlo como si hubiese tenido lugar en la 21/22: qué extraño, ¿no? Y esto sin hablar de que fue una de las Copas del Mundo más controversiales de todos los tiempos, en la que, además, Argentina se vio beneficiada (en ocasiones, de manera dudosa) con 5 penales a lo largo del torneo, un récord histórico para una Selección en un Mundial. Por otra parte, vale la pena destacar que el equipo del argentino, el Paris Saint-Germain, justamente fue eliminado de la Champions League 2021/22 por el Real Madrid de Karim Benzema.
En cuanto a los porteros, para la FIFA y quienes votan los The Best, importó más el Mundial ganado por un portero que habla más de lo que ataja, que La Liga, la Supercopa española y la Champions ganadas por Courtois, quien protagonizó una de las mejores actuaciones de la historia de un arquero nada más y nada menos, que en la final de la Champions League.
Para nadie es un secreto que la FIFA es una de las entidades más corruptas del planeta; basta con el gran escándalo que estalló en el 2015, en el cual el gobierno estadounidense acusó a 45 personas de cometer delitos como soborno, fraude y lavado de dinero. 26 individuos fueron arrestados y, oh sorpresa, uno de los temas que se tocan en Los entresijos de la FIFA (documental de Netflix sobre este caso) es la mano oscura que hubo detrás de la aprobación de Qatar como sede del Mundial del 2022, con evidencia periodística e investigativa incluida.
Desde hace años vengo dejando de creer en los galardones individuales entregados por la FIFA y France Football. Desde aquel 2010 en el que el Balón de Oro no se le dio al héroe español, Andrés Iniesta, sino a Lionel Messi, hasta cuando, en el 2018, no se le entregó a Cristiano Ronaldo sino a Luka Modrić (quien también lo merecía, pero no había hecho tantos méritos para ganarlo como el luso), pasando, además, por la más reciente gala del Balón de Oro, en la que France Football nombró como mejor equipo del mundo al Manchester City, por encima del recién coronado por décimo cuarta vez campeón de Europa, Real Madrid.
Lo sucedido el pasado lunes ya no tiene nombre y es la gota que rebosó el vaso para mí. Desde ya me declaro totalmente incrédulo y desinteresado en lo que respecta a este tipo de premios individuales. No tiene sentido seguir teniendo fe de que se hará justicia cuando las premiaciones son llevadas a cabo por una organización corrupta, como lo es la FIFA. Los números y los títulos colectivos hablan por sí solos; ahí están los verdaderos ganadores.
