Los viejos amores, creados e imaginados. Las grandes fuerzas de conmutación en mi cabeza. Las inimaginables batallas de palabras en mi mente… todas en invierno, verano, otoño y primavera, así… en desorden como mis ideas. Así.

Por: Editorial El Clavo.

Verano

Ahora bien, mi cabeza se agacha. Me voy…
No regreso a ese lugar maldito.

En el verano lo pensaré. En el otoño lo querré.
En el invierno lo extrañaré. Y en la primavera
Faltarán flores para querer llevarle.
Y es que aquél lugar es frío, pero calienta. Es lindo, cuando la
Noche se acerca.
Es acogedor, cuando la cama está llena, Pero espantoso cuando el miedo lo rodea.

Y es que todo es allí lo que no es…
Garras sangrientas, son ramas de árboles sin hojas.
Sombras alargadas de personas, son los tallos de árboles cortados. Luces intermitentes y terroríficas, son las de una tormenta eléctrica. Aterradores temores, miedos que salen a flote.

Y es que no volveré. No hay paz interior. Doy un paso al costado, y miro al futuro. Tu corazón es un mal lugar para vivir.
Allí no me quedaré. No sabe tener huéspedes. No por mucho tiempo.
Y es que también te dejo ir, no por cobardía, Ni por otra persona en mi vida…
Es por la felicidad mía. Te dejo ir porque necesito Tranquilidad, no quiero ser más un peón,
O un simple bacilo.

Te dejo ir, porque sin saberlo, ya sé
Que es la mejor decisión. Que es lo que me pide el corazón.

Flor de Mujer

Te haré el amor Con amor,
Con pasión.

Tocaré todo tu cuerpo
Con mis labios húmedos… De ti, por ti.
Le hablaré al infierno, le contaré De un ángel que me aulla
Cual lobo en contraste con la luna.

Sin pensar,
Tu flor de mujer se humectará, y yo, yo daré todo.
Seré el sol que
Para tu metamorfosis brillará.
En esa oscuridad de la habitación Que a ambos nos carcomerá.
Nos hará uno, en dos. Nos hará muchos. Seremos ninguno.

Te haré el amor con besos. Con caricias verdaderas,
No vanas. No negadas. No quietas. Mis dedos te recorrerán
Como si fueras
Un ser extraño, nuevo. Y eres nueva.

Y tu ropa caerá,
Y se estrellará en el frío suelo de marfil, Y tu cuerpo quedará desnudo…
Te conoceré, me conocerás.

Haremos el amor, Y en la primera,
Como en las siguientes, El amor nos hará.

Otoño

Y estando lejos de mi hogar, Siento el frío del alma.
Estando lejos de mi casa, Mi corazón se congela. Mis ojos se tibian
Por las cálidas lágrimas que en mi rostro resbalan.

Lejos estoy de mi lugar. Cerca estoy del abismo. Cercana está la soledad
Lejos estoy de mis seres queridos.

Solo… estoy solo aunque acompañado. Estoy solo, aunque con gente a mi lado. Un sentimiento único, Tristeza hostil.
Soy como un navegante, en canoa…
Sin un tripulante siquiera de acompañante.

Y estando lejos de ti, No quiero nada.
No puedo resistir, Estar solo en un país…
No deseo nada, sólo a ti.

Es que tu alegría me hace falta,
Esas noches en que las risas eran como estrellas, Llenaban nuestro universo eterno de amistad.
Y no puedo creer que tu alma lejos de mí estuviera… Porque me siento apagado. Como un unicornio sin cuerno.
Como una avispa sin aguijón. Como una cebra sin sus rayas.

Pero pronto estaré a tu lado. Viviremos como nunca… Lo haremos.
Y es que sentarme en un parque contigo, justo es como vivir en el olimpo. No puedo creer que me hagas tanta falta.
Nunca imaginé sentir este vacío.

Pero para gracia nuestra pasa rápido el universo, El tiempo es acelerado en los últimos tiempos. Ya sólo faltan unas cuantas muertes para verte… Y quizás así de pronto sí nos fleche cupido.
Para enamorarnos como se debe… motocicleta mía.

Amor Digital

Y sí, hay sentimientos raros.
El amor, por ejemplo, que llega
Cuando uno menos lo busca, Cuando menos se espera, Como todo, como un nada.
Cuando uno lo evita, Aparece de repente…
Con un like, una suscripción.
Una excusa cualquiera para hablarte.

Y caés redondo,
Girás entorno a esa sonrisa virtual, Casi intocable, insensible.
Y no te lo crees, Nadie te lo cree…

Y es que sólo lo asimila tu corazón, Porque esa sonrisa virtual que te mira, Sólo es una foto, un vídeo.
No es real, nunca lo es.

Cómo extraño las noches bohemias, Donde de chicos les pedíamos permiso A nuestros padres para salir…
Donde veíamos a nuestro amor de la cuadra, Y la tocábamos, la besábamos.

Ya no pasa eso.
Cambiaron las salidas, por las videollamadas. Cambiaron los juegos callejeros,
Por juegos virtuales… donde sólo dañan ojos, Neuronas, corazones.

Pero el amor cambia, Es un movimiento.
Y en estos momentos lo siento por ti. Ahí es donde debo estar.
Sin miedo, ni prejuicios.

A tu lado, o al de tu perfil.
Pero sabiendo que hay alguien detrás de la pantalla Que me quiere por como soy,
Que me quiere. Y esa eres tú. Sabiendo que aquí estoy yo.

Invierno

Y es que llega el invierno,
Con ganas de desnudar cada árbol Que se encuentra a su paso.
Con ganas de cubrir a las personas De pies a cabeza.
Con ganas de enamorar a los dientes, Hacerlos tiritar.
Por fin se juntan repetitivamente.

Y llega el invierno con ráfagas de ternura, Donde los novios mantienen abrazados… Los animales se juntan.
Las hojas mueren… sin tener la culpa.

El frío acogedor, para muchos es tan fuerte que no salen, No viven. No lo aprecian.
Y es que el invierno busca amor, quiere que lo quieran. Que lo añoren como el verano, o como la primavera Que de flores los parques llena.

Pero sólo lo quieren los que son como yo, Amantes al café tinto, al viento pasajero.
Personas solitarias, que no les gusta mucho el gentío. Introvertidos.

El invierno llega con disimulo, poco a poco. Llega con envidia de las otras estaciones, Quiere tener atención.
Por eso a veces es tan frío, tan congelado.
Y sólo cae nieve en los lugares donde lo quieren.

Pero también se cansa de buscar amor, Sólo se aleja sin decir nada,
De un momento a otro, sin pensar… Y sólo se va.

Deja tristes a quienes nos gusta el frío. Los árboles desnudos,
Los edificios mojados,
los ríos tupidos de corrientes vespertinas.
Pero se va, sin avisar. Sólo se va.

Constelaciones y Arte

Y el mundo se detuvo frente a mí. Justo cuando enfrente mío estabas tú. Llegaste sin yo pedírselo al universo, O a Dios.
Sólo fuiste y ya. Momento idóneo, hora exacta.

Y te hablé de estrellas, del cielo eterno. Tú me hablaste de arte en aquél desvelo. Fue en el Cauca, Tierradentro.
Fue en ese inolvidable campamento.

El amor debe ser de dos, Como lo fuimos: una mezcla
De sal y azúcar. De agua y aceite.
De aguacate y cerveza. De locura y quietud.

Aún pienso en ti, tengo recuerdos únicos. Dejaste huella en mí, y me enseñaste a yo dejarla.
Ha pasado mucho tiempo, aún me piensas, aún te pienso.
Por eso siempre volvemos a hablar, nos volvemos a mirar,
De lejos nos deseamos cerca, pero cerca ni nos tocamos.

Hoy, estando a más de 4.000 km de casa, te extraño.
Te extraño y te pienso.
Te extraño, te pienso, y quiero estar a tu lado. Sentados, en el pasto. Yo mirando nubes nocturnas,
Tú mirando mi rostro con expresiones infantiles.

Te pienso aquí, y escribo para ti. Quiero hacerlo todos los días,
Quiero que pintes para mí, sobre mí. En mí. El arte es lo único que nos salvará,
Nos terminará de univr, nos hará vivir.

Han pasado unos años,
Y sigo viéndote de la misma forma. Enamorada, alocada.
Sólo hace falta cerrar los ojos, Para plasmarte en mi mente.
Sin importar los amores pasajeros,
Que en medio del camino de la vida encontremos.
Sabemos que estamos,
Pero que cuando llegue el momento… No sólo seremos, sino que estaremos.

Y al final no fuimos,
al menos no para siempre… pero del “ser”
aprendimos y salimos vivos.

No fuimos físicamente, pero por lo menos Serás en mí mente. Estarás allí.
Como el sabor del tinto sin azúcar, Un amor amargo.
Como el olor al pandebono, Recién horneado.

Y así nunca me quieras por como fui,
Yo siempre te querré, por lo que fui contigo. Por lo que cambié por ti, sin tú pedírmelo. Porque el cambio de cada estación
Siempre es difuminado, poco a poco.
Verano no le pide a invierno que salga a flote,

Se hacen entre los dos un otoño intermedio, Para prepararse. Para ser.

Tú eres verano, yo soy invierno… Pero no tenemos otoño.

Por lo menos no lo hemos logrado, Ni pensado, ni soñado.
Fuimos egoístas, y eso fue lo que nos mató. Lo que no nos dejó ser.

Primavera

Caminando sobre tablas de Madera,
Suenan y rechinan a cada Paso.
Cada taconeo es un Suspiro de esta casa. Cada paso que se da, es Un latir de su corazón.
Y tiene diferentes sonidos…

Cada uno de ellos corresponde Al que hizo alguien en su pasado. Al fin y al cabo, madera vieja,
Madera recorrida por otros muchos.

Y estando aquí,
Tengo tiempo para pensar Que desearía a veces vivir en Ataraxia.
Evitando sentimientos
Y no tener así sufrimientos.

No nos conformamos Con vivir plenamente… En armonía contínua, Con nuestra mente.

Seguimos el capricho… Divino capricho de la felicidad. Lo buscamos y buscamos,
Pero nunca lo podemos encontrar.

A veces sólo hace falta vivir.
Pero no tenemos con hacerlo en serenidad…

Sino que usamos la cabeza mal
Y terminamos con causarnos mal.

Oscura

Y es que te gusta la oscuridad, Porque en ella puedes camuflarte. No mostrar quién eres…
Ser reservada y mantener las expectativas.

Te gusta lo oscuro porque el negro No siempre es malo.
Un rincón con poca luz puede ser
Un pedazo de salvación desolado, amado.

En la oscuridad encontramos la luz, Y es allí donde brillas.
Tan lento y pausado, que dejas huella. Dejas marca cuando estás sin luz.

Cuántos seres oscuros desearían que tú Alumbrases como la luna en cuarto menguante. Como una luciérnaga en una hoja de un manzano. Como tú conmigo.

Y es que prefieres la oscuridad, a la luz, Porque soy oscuro. Tengo mi alma negra. No por malo, no por etnia.
Me prefieres a mí, porque soy diferente a ti… Y en mí puedes brillar, y contigo puedo crecer.

No sonrías, no es lindo.
No es lindo ser tu oscuridad, Y no es lindo que seas mi luz.
Yo también brillo… La oscuridad también es luz. Es la luz de los demonios.

Y no quiero que seas mi demonio. Eres un ángel. Sálvate tú.