agosto 27, 2019

Sí, como la historia esa que alguna vez hemos leído o escuchado donde al final se resume que la culpa de una x situación es la del pobre animal, la vaca. Así mismo estamos ahora con los múltiples incendios que se han registrado, el mayor por supuesto, el pulmón del mundo.

Aquí en Cali, hace no mucho el Cerro de las Tres Cruces fue incendiado a manos de humanos. Se hizo limpieza, reuniones, se plantaron algunas plantas, pero lo más jodido es que hace unas pocas horas cerca hubo otro incendio causado por humanos. En Jamundí fue igual, otro incendio casi en paralelo. Y pensándolo bien, los bomberos no son muchos; los voluntarios un poquito menos y, todos, lo único que hacemos es replicar el chisme y digo chisme porque realmente hacemos nada con eso. De qué nos sirve replicar en redes, compartir y ver; si nos quedamos sentados esperando que los demás solucionen y apaguen el fuego. O en el peor de los casos, ni nos enteramos.

Estamos en una era donde el consumismo está en su mayor auge y si no, solo piensen en la ropa que llevan puesta, la comida y todo lo demás. Es inevitable, claro, debemos evolucionar y adaptarnos al cambio, pero la situación es muchísimo más que alarmante. Amigos, ¡estamos jodidos! y lo digo en el tono más puto que puedan entender. La cadena alimenticia, el ciclo de vida, lo que hacemos o no hacemos, todo tiene una causa, lo sé, pero los efectos los vamos a tener que pagar a un costo supremamente caro. Y los que dicen que ya estamos en eso, espérense no más.

Los que más sufren son obviamente las plantas y los animales que están a merced de lo que a nosotros se nos da la gana de hacer. Si yo, que convivo día a día con mascotas sé que los cuidados son muchos, ahora imaginar a esos pobres animalitos corriendo de un lado a otro tratando de salir del desastre asustados, ahogados y quemados; es un escenario nefasto.

Como todos, le echamos la culpa al gobierno y aunque claro está que son dizque la máxima autoridad, deben proteger. La deforestación sea por la razón que sea, el vandalismo y todas aquellas acciones nos están matando. En el fondo todos somos culpables, consumimos, gastamos y no hacemos nada por evitarlo. Ahora mientras trabajo escribo esto observando lo que hay a mi alrededor. Me encanta la naturaleza y pienso: ¡qué triste! que en unos años, tal vez, la verde montaña que veo ya no este. Por eso aplica la historia de la vaca, nos refugiamos en decir es que el estado, es que tal cosa o esta otra, ¿pero en realidad de quién es la culpa?