Es la primera vez que sé de un pobre infractor del Decreto 0352 de junio 26 del 2007. Una de las leyes más absurdas que existe en Cali, la cual prohíbe consumir bebidas alcohólicas en sitios públicos.

Por: Cristhian Carvajal
Publicado: febrero 28, 2011

Esta frase, muy famosa por ser una de las primeras ‘pintas’ que algún joven estudioso francés plasmó durante las revueltas de mayo del 68, vino a mi cabeza este fin de semana cuando mi novia contó que a un compañero de trabajo lo habían multado por estar tomándose una cerveza en el andén del restaurante donde trabajan. Confieso que inicialmente me pareció lógico que el gerente, dentro de sus reglas, haya optado por la recriminación económica para los trabajadores que beben en horas laborales. Sin embargo, cuando supe que la multa era de $900.000 y que el usurero encargado de asignarla no era el gerente, sino un policía, quedé estupefacto.

¡Increíble! Es la primera vez que sé de un pobre infractor del Decreto 0352 de junio 26 del 2007. Una de las leyes más absurdas que existe en Cali, la cual prohíbe consumir bebidas alcohólicas en sitios públicos, tal como el andén donde ‘partieron’ a este pobre mesero. Si bien la ley fue creada con las mejores intenciones para disminuir los altos índices de accidentes causados por conductores ebrios, que muchas veces se emborrachan en los establecimientos certificados para la venta de licor, creo que es un despropósito no sólo con los estudiantes desplatados, sino con los tristes policías que a falta de no poder cumplir con mantener la seguridad en la ciudad, ahora les toca vigilar andenes, tiendas, antejardines, parques y calles para multar bebedores.

¡No es justo que la Policía tenga tanto trabajo! Imagínense cómo deben de llegar estos pobres hombre a la casa. Ya me parece escuchar sus quejas: “¡Mija, hoy fue un turno agotador! Usted viera, me tocó patrullar toda la noche para atender varias emergencias. La primera fue ir a luchar por mi porción de alitas con gaseosa. Luego corrimos con las armas desenfundadas para atrapar el RedBull que el barman de la discoteca no quería soltar. ¡Y para rematar!, un pobre desgraciado le dio por infringir la ley bebiendo toneladas de licor en el andén donde laboran los jíbaros tranquilamente. ¡Qué trabajo tan duro!”.

Y claro que lo es, además de todos esos arduos recorridos nocturnos deben estar pendientes de otras leyes inviolables como el Decreto de toque de queda para los menores de edad que no pueden estar en la calle después de las 11:00 pm, sumado con el Decreto que prohíbe la venta de mascotas en la calle. Mejor dicho “la calle está prohibida”, como diría mi abuela, claro que ella se refiere a la inseguridad. La misma que se busca disminuir con estos decretos que poco aportan a la educación de los austeros universitarios, los adolescentes de contraseñas falsas y la gente que se rebusca vendiendo pinchers enrazados con pitbull.

Por mi parte doy el voto a favor de la educación de los policías para que sigan partiendo cuanta torta, alitas, RedBull, gaseosa y una que otra botella que se luchan todas las noches.

En cuanto a la notoria habilidad que tiene los dirigentes y concejales caleños para crear súper leyes, les pido el favor encarecido que publiquen la clave a ver si algún día se pueden aprobar leyes —un tanto banales para ellos— como la de Cadena Perpetua para los violadores de los niños. ¿O será que es más fácil imponer multas que hacer una inversión en nuestro sistema carcelario?