Recuerdo que de niño una de las situaciones que más me hacían reír era ver al Coyote preparar meticulosamente una trampa supremamente sofisticada para atrapar al Correcaminos. Lo gracioso es que sin importar lo avanzada de la tecnología empleada, siempre le acababa saliendo el tiro por la culata al Coyote. Posiblemente, su problema no era la falta de tecnología, sino que estaba tratando de resolver muy bien el problema equivocado. Por eso hoy vamos a hablar de la relación entre Eficiencia, Eficacia y Efectividad.

Eficiencia

La eficiencia se refiere al “cómo” hacemos las cosas. Técnicamente es la relación que hay entre el resultado obtenido y los recursos empleados. Es decir, que entre mayor sea el resultado con recursos equivalentes, más alta será la eficiencia. O si comparamos varios métodos que den el mismo resultado, el método que use menos recursos será el más eficiente de ellos.

Hablando del Coyote, uno de sus enfoques era que, para atrapar a alguien tan rápido como el Correcaminos, lo que necesitaba era ganarle en velocidad. Para lograrlo buscó mejorar su eficiencia para correr mediante el uso de la tecnología de Industrias ACME. Por ejemplo, por el costo de un cohete y un par de patines, el Coyote lograba una solución para moverse 100 veces más rápido que persiguiendo al Correcaminos a pie. En este caso, aumentaba el costo de la solución, pero en la medida en que su velocidad era espectacularmente superior al de otros métodos, la relación entre rapidez y costo sigue siendo más alta y por lo tanto más eficiente.

Eficacia

Pero como lo demostraba el Coyote una y otra vez, una alta eficiencia por sí sola no necesariamente lleva al resultado esperado: Saciar el hambre. Aquí es donde entra el concepto de eficacia, que se refiere al “qué” cosas hacemos o más concretamente, a qué resultado queremos alcanzar. Si lo miramos en conjunto con la eficiencia, encontramos que no siempre lo más eficiente es eficaz o que no siempre lo eficaz es más eficiente.

Por ejemplo, si el problema es ir a la tienda de la esquina por leche, una forma es ir en bicicleta y otra en carro. En una distancia tan corta, ambos métodos son eficaces pero la bicicleta es mucho más eficiente porque cuesta menos, y es más rápida porque no requiere perder tiempo buscando parqueadero ni yendo a cargar combustible. Pero si el problema es ir a la esquina por dos bultos de cemento, aunque la bicicleta sigue siendo más eficiente que el carro en esa distancia tan corta, no va a ser eficaz porque no vamos a poder traer la pesada carga. Lo mismo ocurre si la distancia es muy grande, por ejemplo ir de Cali a Bogotá. En este caso la bicicleta tampoco es una solución eficaz (a menos que uno se llame Egan). En cambio el carro es eficaz y más eficiente porque el tiempo perdido poniendo a punto el automóvil y buscando parqueadero es insignificante comparado con el ahorro en tiempo subiendo La Línea.

El método de Elon Musk

Sobre la eficiencia y la eficacia, Elon suele decir que “la mejor parte es que no haya parte, el mejor proceso es que no haya proceso”. En otras palabras, cuando es difícil mejorar la eficiencia de un elemento de una solución, lo mejor es replantear el problema para llegar a otra solución en la que no haya que usar dicho elemento.

Un ejemplo de este enfoque en la vida real lo vi cuando trabajaba en la Universidad. En ciertas épocas del año, el parqueadero de visitantes se quedaba sin cupo y quienes iban por un certificado no podían ingresar. Ante la dificultad de mejorar la eficiencia de los parqueaderos (habilitar más puestos en la misma área) buscamos que menos gente tuviera que usarlo al habilitar la solicitud, pago y descarga de los certificados por internet. De esta forma, el parqueadero salió de la ecuación al no requerir que los visitantes fueran presencialmente.

Otro ejemplo fue una aplicación web que tenía una página con tantas columnas que era muy difícil de usar para el usuario porque no cabía en su pantalla. Cuando vimos que rehacer la interfaz de usuario iba a ser un proceso demorado y costoso, di un paso hacia atrás para ver el panorama completo. Caí en cuenta de que esa página era tan especializada que solo la usaba una persona en toda la Universidad. Si reducir la información en la página era un problema, ¿por qué no agrandar la pantalla? Y así fue como propuse que le cambiaran el monitor de 15 pulgadas por otro de 21, una solución más eficiente en tiempo y costos.

En conclusión, buscar la eficiencia está bien, pero si hay que escoger, creo que es más importante la eficacia. Y en el caso del Coyote, yo creo que su problema no era capturar al Correcaminos sino saciar el hambre. Si hubiera aplicado el método de Elon, de pronto no nos haría reír, pero sí podría ser un vegetariano satisfecho.