El impacto que las herramientas digitales ha alcanzado en nuestra cotidianidad es muy relativo, demostrando que podemos aprovechar de ellas sus distintas funciones para las necesidades que nos surjan, entre esas, crear un negocio y por obvias razones obtener un ingreso digno y justo. Además, en medio de estas plataformas tecnológicas contemplamos un panorama muy superficial, observando rostros, cuerpos tonificados y vidas casi perfectas, porque nada posee la característica previamente mencionada. No me considero envidioso, al contrario, admiro y reconozco la disciplina que implica llevar un estilo de vida saludable y poseer amplios recursos económicos, permitiendo ser un impulso adicional para lograr el éxito anhelado.

Hace cinco años, el apuesto empresario Timothy Stokely fundó OnlyFans, el servicio de suscripción de contenido privado que ha revolucionado progresivamente a nivel mundial. Al principio me generó confusión entender cómo funcionaba esta aplicación, cómo era su método de pago y qué clase de contenido se podía adquirir o disfrutar. No obstante, mi innata curiosidad y la información en distintos medios de comunicación me permitió conocer un poco más sobre en qué consiste y el gran aporte que le brinda a los creadores de contenido, y también a sus usuarios o consumidores.

Para proporcionarles algunas cifras y entender la magnitud que abarca este servicio en el ámbito financiero, OnlyFans entrega el 80% de las ganancias al creador del contenido y el 20% lo obtiene la compañía. Hasta el corte de marzo de 2021 ya tenían 1.5 millones de creadores. En Colombia hay 350 creadores y 4.000.000 de usuarios registrados, donde la santandereana Aida Cortés con tan solo 25 años, es la que más gana con $100.000.000 al mes después de ganar $2.000.000 mensualmente por siete años como modelo webcam. Incluso ella misma haciendo referencia al pago que recibe y la interacción con los usuarios afirmó lo siguiente en el periódico La República: “Onlyfans cobra una comisión de 20% que es bastante justa, porque detrás hay una logística que ha sido todo un éxito y permite a creadores y consumidores interactuar”. También la actriz Aura Cristina Geithner que debutó en estos espacios digitales mencionó: “El mundo cambió en términos de costumbres y con la tecnología, por eso hay unas nuevas formas de mostrar los talentos o de monetizarlos, y eso pasa en Onlyfans”.

De acuerdo a un artículo de el periódico La República Las millonarias cifras que está recaudando Onlyfans en Colombia con creadores locales publicado en abril de 2021, en promedio a nivel mundial una persona gana $180 dólares al mes equivalentes a $682.200 pesos colombianos. Lo más inclusivo de su mecánica, es que cualquiera puede crear su perfil y no necesariamente debe ser alguien reconocido, inclusive, el 85% son mujeres y hombres que no poseen ningún tipo de fama y teniendo en cuenta lo que expresan en el artículo previamente resaltado, la plataforma tiene una fórmula con la que dice que el potencial de alguien en la web es entre 1% y 5% del total de seguidores en sus redes sociales, y así puede medir cuántos ingresos recibiría.

Por otro lado, como lo escribí al principio de esta columna, admiro y reconozco las virtudes en cuanto a la vida saludable de las personas que quieren aprovechar estos dotes para sacar un buen provecho. No se puede negar que “el morbo” que habita en alguno de nosotros por descubrir el contenido detrás de los dispositivos móviles o las pantallas, es latente, porque siento que ahora esta clase de contenido es mucho más exclusivo y complaciente, por lo tanto, es vital mantener la línea del respeto y tolerancia. En un mundo que está en constante evolución, donde trabajar para esta compañía o plataforma no debe estar en tela de juicio ¿quién sos vos o yo para juzgar y entrar en los terrenos de la envidia y la crítica?

Desde mi escritorio percibo la dicha, orgullo y felicidad de muchos creadores al saber que con su cuerpo y habilidades lograron obtener ingresos y añadir otra meta alcanzada. Además, la satisfacción de los usuarios por cumplir algún tipo de deseo sexual o contemplar alguna pieza exclusiva.

Mi invitación es para que la próxima semana lean otra de mis columnas, donde abordaré el concepto de la desnudez y donde las redes sociales se han convertido en armas de doble filo para el objetivo de muchos usuarios.