Por: Jhonathan Grisales.

Hace algún tiempo y tras varios episodios muy dramáticos de mi vida, decidí morir, darle fin al dramático escenario de lo que en ese momento pensaba eran días sin color, que solo se prolongaban sin ningún motivo o sentido aparente. Con las motivaciones suficientes, decidí hacer mi jugada, eso sí, calcule cada paso con el detalle de un artesano habilidoso, mi fin llegaría y seria perfecto, ahora solo quedaba esperar.

 En un día de aparente soledad y tras tener una semana hermosa en la que todo fluía con la motivación de la muerte, ejecute mi calculado plan, desarrollando todo paso a paso, pero que perra que es la vida, aun para quien quiere morir, que mi ajustado plan fallo, y entre una mano amiga y un tanto de “suerte” mi vida fue salvada.  Que miserable sensación esa de fallar en intentar matarte, porque primero regresan todas esas sensaciones nefastas que te perseguían y habías superado por un instante con la fugaz ilusión terminaría, además de que ahora toda tu vulnerabilidad, todo tu caos quedo expuesto. Esto finalmente desencadena en sentirse mil veces peor de lo que te sentías antes.

Tras el shock inicial, viene lo que yo llamo la terapia infinita, porque decidas o no asistir a terapia, todo el tiempo todo el mundo te va a estar diciendo porque es tan bonito vivir y la importancia de estar motivado, que las posibilidades son infinitas y bla, bla, bla, bla. Mucha gente se queja y burla de manera satírica de los libros de autoayuda, pero saben que es lo divertido, casi todos cuando esta frente a alguien de animo bajo o con problemas de salud mental, actúa como un libro de autoayuda, son como mini Cohelos recitando frases acartonadas una y otra vez.  Lo peor de todo es que esto nunca termina, podrán pasar años, pero como ya lo intentaste una vez, estarán tratando de motivarte, igualmente, no seamos crueles, que esto es con la mejor intención, aunque la verdad se lo podrian ahorrar, en mi caso personal la vida me parece hermosa, lo que me jode es tener que vivir la mía.

Tras estas dos primeras etapas, normalmente o reintentas o sigues muy de mala gana en un estado casi peor que antes, aunque hay gente que también mejora y se reencuentra con el sentido de su vida, pero si les soy honestos, no conozco a nadie así, pues esto ultimo solo lo he visto en ficciones. Sospecharan entonces que yo sigo el segundo camino y ando por ahí de muy mala gana, cosa que es parcialmente cierta, porque la verdad también tengo días, meses y semanas buenas, uno aprende un poco a convivir con sus situaciones mentales, esto no es una contradicción con lo dicho anteriormente, es mas bien un punto medio para seguir viviendo.

En la actualidad se habla mucho de la salud mental y normalmente por lo menos una vez al día veo alguna publicación sobre ello, pero realmente en la mayoría de los casos esto resulta en mucho texto y poca acción. Querido lector la clave detrás de todas estas situaciones es un poco más fácil de lo que muchos creen, si quieres apoyar a alguien, escúchale, acompáñale, dale de tu tiempo, no lo fuerces y veras que aunque seguramente no lograras un cambio supremo, seguramente harás su vida un poco mejor. Yo quise morir y falle, entonces aquí sigo, viviendo como me tomo el café de la mañana de a sorbos cortos y pausas largas.